¿Puede escaparse uno de uno mismo?

Creo que no. Y Ana lo dice en la película. Creo que uno tiene que enfrentarse a los problemas y resolver lo que está pasando. Huir es una solución fácil que al final se acaba complicando demasiado.

Aunque usted lo tiene más fácil, ya que su trabajo se trata de encarnar muchas otras vidas...

Claro. Eso es lo que me gusta de este trabajo, que no paro de aprender. Y mi manera de pensar y de entender la vida no para de cambiar. Y es lo que quería: un trabajo en el que pudiera estar constantemente aprendiendo y cambiando.

Asegura que a la mujeres se os impone una manera de vivir y unos estándares. Siendo sueca y rubia habrá sentido estos corsés más que nadie...

No creo que más que nadie, pero sí que los he sentido. La gente me prejuzga muchas veces. Ven una imagen de mí, que entiendo que en España mi aspecto es muy diferente, y empiezo a generar ideas en la cabeza de la gente sobre cómo soy o no soy. Y a mí me gusta mucho romper esos estereotipos.

La película también refleja el Madrid nocturno y canalla, algo que conoce bien ya que ha trabajado en bares e incluso en timbas de póquer.

Sí, mis primeros años en Madrid fueron muy interesantes. Trabajé en muchas cosas. Uno hace lo que puede para sobrevivir.

¿Cómo decide dar el salto a la interpretación?

Todo esto viene porque soy una persona muy desordenada y mi madre me castigaba sin la paga. Así que como ya sabía que no iba a tener ningún tipo de sustento familiar, desde los 14 años me pude a trabajar. Hacía teatro, danza y empecé a pensar en ganarme algún dinerito con esto. Y me atrapó. Y aquí estoy intentando mantenerme en el mundo de la interpretación. También es verdad que estuve a punto de dejarlo todo, porque los primeros años en Madrid fueron muy complicados. Pero justo cuando lo iba a mandar todo al garete, me llamaron para hacer una serie en Argentina; y después la película de Jaime Rosales (Hermosa juventud), que me cambió la vida. Y desde entonces no he parado de trabajar, lo que es una maravilla.

¿Y aunque esté en racha, no siente que debajo de la escalera siempre está la inestabilidad?

Totalmente. De hecho, cada día lo pienso y mi futuro no está planificado más allá de tres meses. Y me apetece comenzar a probar otras cosas como producción o escribir, justamente para asegurarme también una carrera a partir de los 35 ó 38 años.

Habla como si a partir de esa edad las actrices desaparecieran...

Es lo que dicen. Me parece que están cambiando las cosas y que cada vez hay más papeles. Pero si lees los guiones, o eres la chica mona de la película, que aguanta siendo mona hasta los 30, o haces de madre y abuela. Faltan personajes y muchas historias que contar.