El actor y director Pau Durá ha presentado en el Festival de Málaga. Cine en Español su ópera prima 'Formentera Lady', una comedia dramática que ahonda en la vida de un hippie en la búsqueda de sí mismo tras la aparición de su nieto. "El arranque", ha manifestado Durá, es "mostrar a un hombre que vive en una cierta libertad, y cómo se ve obligado a responsabilizarse de alguien que no es él mismo".

El realizador ha estado acompañado en rueda de prensa por el actor José Sacristán, el joven Sandro Ballesteros y los productores Ramiro Acero y David Ciurana. Sacristán, que presenta este lunes la revisión de 'Un hombre llamado flor de otoño', se ha mostrado muy agradecido por volver a Málaga, que le pone "al borde de perder el equilibrio personal".

La historia trata sobre Samuel, que llegó a la Formentera hippie de los 70 y allí sigue. Vive sin luz en una casa en la playa y toca el banjo en un garito. Un día recibe la visita de su hija Anna y de su nieto Marc. Desempleada desde hace tiempo, ha aceptado un trabajo en Francia que la obliga a irse sola.

Tras un primer rechazo del viejo hippie, su hija le suplica que la ayude, aunque solo sea por una vez en su vida. El frágil y excéntrico hippie decide hacerse cargo de su nieto, relación que le provoca un retorno a un pasado con algunas sombras. Un viaje crepuscular que será, a su vez, esperanzador e iniciático.

El director ha reconocido que la idea le vino cuando estaba a punto "ser padre". "Qué pasaría con un hippie que le caiga la gran responsabilidad de la paternidad. Cuando aparece este personaje en el guion fue un guiño para mí y para los que me rodean", ha confesado Durá, que ha agradecido al Festival de Málaga. Cine en Español la oportunidad de presentar la película en el marco del mismo.

"Hay un viaje que se completa, pero que no está resuelta en la vida de este individuo", ha explicado Sacristán, que ha reconocido la labor de Durá en "el equilibrio entre un mundo de sentimientos sin caer en situaciones que pudieran rebasar el límite de las situaciones dramáticas ni el sentimentalismo. Hay un desenfado en la película que es de agradecer, el no ir con la cucharilla de la manipulación emocional".

Sacristán ha confesado que "en este oficio" sí ha conocido gente del mundo hipppie, pero dentro de unos "parámetros convencionales". "En cuanto a la proximidad a las sustancias estas, no he pasado del chinchón, el orujo como mucho", ha bromeado el actor madrileño.

Sandro Ballesteros hace el papel de Marc, el nieto de Sacristán. El joven actor ha reconocido que al principio del rodaje "no sabía quién era" Sacristán hasta que "me lo explicaron y me dijeron que uno de los mejores actores de España y flipé". "Me lo ha dado todo", ha manifestado el artista, que se ha llevado los elogios de Sacristán: "Una actitud ante el trabajo ejemplar. Ha habido muy buen rollo entre el experto Sandro y el novato Sacristán".

Durá ha expresado que "una de las cosas bonitas con respecto a la masculinidad es la fragilidad del hombre. Creo que es importante mostrar esa fragilidad. Una de las grandes tragedias es perder las cosas buenas de la infancia y conservar los defectos. Creo que son personajes muy frágiles. La sensibilidad que tiene es la infancia y la fragilidad". "Lo que está echando de menos es la mujer", ha apuntillado Sacristán.

El director del filme tiene claro que el protagonista de la historia "es él y contamos lo que le pasa por dentro y por fuera, con un interés para que el espectador pueda empatizar lo que le pasa por dentro". "Se habla de Marc como coprotatonista, pero es el problema y detonante de muchas cosas bonitas", ha expresado el realizador de la película, que ha incidido en que "no es una película de generaciones, sino de él. Era interesante plantear esta relación de paternidad cuando no lo ha sido cuando le tocaba".

Durá ha afirmado que "no se ven muchas películas protagonizadas por gente madura", por lo que "la nostalgia es importante". "Este hombre lleva mucho tiempo huyendo de esa nostalgia y la llegada del niño le hace caer en ella", ha expresado el realizador alicantino, una sensación de nostalgia que "flota en la película todo el tiempo".

Es la película "un canto de cisne al movimiento hippie", ha afirmado el director de la obra, que ha dicho que está "no sólo el paraíso perdido, sino el movimiento más brillante del hippismo". "Pensé mucho en los jóvenes de los 60. Cómo un mazazo se llevó aquello y se convirtió en un sueño que acabó", ha manifestado Durá.

Por último, al ser preguntado Sacristán sobre su primer enamoramiento con el cine, ha manifestado que "no fue una película". "Creo recordar que era una película de serie. Se apagaron las luces y se encendió una pantalla y dije que quería estar ahí. Hasta mucho después no sabía que había gente que se ganaba la vida. Tengo la inmensa suerte de que el cine me hace muy feliz. Este oficio me permite volver cada día a encontrarme con el crío que fui", ha finalizado.