A menudo, el poder del cine es capaz de reivindicar y volver a la vida momentos y personas excluidas u olvidados de la historia que en el contexto actual serían necesarios.

Rosario Castellanos fue una de las personalidades con más relevancia cultural en toda Sudamérica en la segunda mitad del siglo pasado. La directora Natalia Beristain nos presenta este biopic dramático y reivindicativo sobre la situación de la mujer en la sociedad mexicana utilizando la vida de la escritora como vehículo dramático.

Existen varios motivos por los que ver Los adioses, desde su solvencia narrativa hasta su maestría en el manejo en la dirección de actores. Beristain resalta la figura de Rosario constantemente solventando obstáculos e increpando con todo lo que la deja fuera de lo establecido como mujer, en definitiva, una feminidad fuerte y segura en un mundo donde el hombre vive a cuerpo del rey gracias al patriarcado. La directora acierta haciendo hincapié, mostrándonos el día a día más familiar y cotidiano de la escritora. La directora filma a Castellanos con una delicadeza visual sobresaliente, logrando en momentos transmitir al espectador la verdadera naturaleza del origen del gen reivindicativo y poético que constituía su obra.

Los adioses representa los verdaderos motivos por los que Rosario Castellanos era quien era, algo esencial para en cualquier biopic y más en una historia de este calibre en el contexto social que vivimos. «Nada es. Nada está. Entre el alzarse y el caer del párpado». (Rosario Castellanos)