El Festival de Málaga Cine en Español hizo entrega ayer de la Biznaga de Oro, al director José Luís Cuerda por Amanece que no es poco, nombrada Película de Oro en la edición de este año, al ser uno de los grandes clásicos de nuestro cine, y que en 2019 cumple 30 años de su estreno.

A la cita no faltaron el director de la misma y su gran amigo, compañero de industria, y como él mismo se autodenominó «mejor conocedor de su obra», Fernando Méndez-Leite, quien entregó la estatuilla a Cuerda entre aplausos, bromas y abrazos. «No voy a llorar, esta vez, no me toca, ya no lloro», confesó Cuerda entre bromas ante las palabras dedicadas por amigos como Fernando Méndez-Leite y los actores Miguel Rellán, Daniel Pérez Prada y Guillermo Montesinos entre otros cómplices del autor.

Cuerda confesó, en un coloquio junto al periodista Luis Alegre, que durante el rodaje de la película premiada, en 1988, «estaba haciendo lo que daba la gana y estaba encantado». Además, añadió que no le decepcionó la escasa respuesta popular que obtuvo en su momento. Poco tiempo después, la cinta fue descubierta por un público mino que terminó generando todo un cuntl en torno a la cinta.

Antes de proyectar la película ganadora, el audiorio del Museo Picasso se llenó de anécdotas y recuerdos de aquel rodaje, que duró seis semanas por los pueblos de Ayna, Liétor y Molinicos, en la Sierra del Segura, y que contó con «un reparto excepcional», entre los que destacaron Antonio Resines, Luis Ciges, Enrique San Francisco, José Sazatornil, Pastora Vega, Chus Lampreave, Manuel Alexandre, María Isbert, Miguel Rellán, Guillermo Montesinos y Gabino Diego. José Luis Cuerda aseguró en su vida y en su infancia «todo es muy amanece» y que si hubiera nacido en otro lugar que no hubiera sido Albacete la película «no existiría, es una cosa física». «Sigo considerando la poesía la más alta capacidad de expresión del ser humano» ha sentenciado Cuerda, que ha reconocido que la utiliza siempre que puede y sin duda lo seguirá haciendo.