Mikel Rueda ha presentado este jueves 'El doble más quince', una cinta con la que regresa al Festival de Málaga. Cine en español cinco años después de estrenar 'A escondidas'. La película relata la historia de dos personas en momentos vitales diferentes a pesar de su gran diferencia de edad. En la rueda de prensa han estado presentes para arropar al director los actores Maribel Verdú y Germán Alcarazu y el productor del largometraje, Karmelo Vivanco.

La película narra la historia de Ana, encarnada por Maribel Verdú, una mujer que supera los 45 años y que ya lo ha hecho todo en la vida: tener marido a hijos, una mascota, una casa grande... Hasta que se plantea si realmente eso es lo que quiere para ella y es feliz con ese día a día. En ese mar de dudas, se cruza con Eric, un joven adolescente que representa justo lo contrario: no sabe qué camino escoger ante la posibilidad de tener toda la vida por delante. De ese encuentro fortuito en un chat de sexo surge una relación en la que ambos tratan de superar sus miedos.

El director ha definido la cinta como "una 'road movie' en la que los personajes se conocen por el propio caminar" en la que se muestra cómo la forma de relacionarse ha cambiado aunque "el contacto físico" siempre es necesario para las personas. "Los chavales se relacionan así constantemente, pero al final somos seres sociales y necesitamos sentir la piel", ha asegurado.

El planteamiento de la película nace de "inquietudes vitales" del propio Rueda, que ha asegurado que el cine que le interesa es el que habla de cosas que le tocan. "Cuando llegamos a una edad todos nos hacemos preguntas, sin importar que seas hombre o mujer. La película al final va de dos personajes que se encuentran y eso les permite ser ellos mismo", ha comentado.

Verdú ha asegurado que la película ha supuesto "uno de los cinco mejores rodajes" de su vida antes de explicar que 'El doble mas quince' tuvo su germen en un cortometraje realizado hace tres años con Alcarazu y Rueda. "Entonces fue todo maravilloso y ya en los tres días de rodaje hubo muy buena conexión. En esta ocasión estuve un mes antes en Bilbao en el que convivimos 24 horas y eso hizo que la complicidad surgiera de forma muy sencilla", ha dicho.

El director, respecto a lo que ha explicado la actriz, ha puntualizado que "la química entre ellos era básica" para evitar que la película "se cayera por todas partes" debido a la relación existente entre los personajes. "Era necesario crear un ambiente familiar y buscamos que fuera así a base de compartir cosas y de que se conocieran en todos los aspectos que toca la película", ha asegurado.

Alcarazu, que debutó de la mano de Rueda, ha dicho que en este trabajo ha sido "más consciente del trabajo real de un actor" y que ha buscado estudiar la figura de su personaje para hacerlo más convincente. "Hemos trabajado con adolescentes para ver cómo reaccionan cuando les pasan estas cosas. Mi personaje es muy maduro para su edad pero no hay que olvidar que es muy joven. Dice cosas que siente pero no deja de tener unos quince años", ha explicado.

Tanto Vivanco como Rueda, arropados por los actores, han querido incidir que la edad de los protagonistas, que "en ningún momento de la película se dice", no es algo relevante aunque saben que puede causar controversia. "Es algo que hablamos muchas veces y en todo momento hemos querido evitar que haya ningún problema", ha expuesto el productor. El director, por su parte, ha asegurado que "lo importante es cómo dos personas de edad tan diferente pueden encontrarse y hacerse de espejo", sin entrar en otros temas.

"Nadie sabe lo que es vivir y de eso trata la película. En la adolescencia te haces muchas preguntas, aunque terminas haciendo lo que la sociedad te pide que hagas. Cuando te das cuenta, cerca de los cincuenta, te planteas lo mismo. Eso es lo que queríamos reflejar", ha comentado Rueda.