¡Está en Málaga Graciela Borges!

Qué bonito el entusiasmo con el que el actor argentino afincado en Málaga Norberto Rizzo me narró un encuentro muy especial que tuvo el otro día. Resulta que una de estas noches, pululando por la terraza del Málaga Palacio, vio cenando a una de sus ídolos de toda la vida... ¡Graciela Borges! Para los que no la conozcan, es el gran mito de la interpretación de su país, un icono, una auténtica diva, quizás su Sara Montiel, por ejemplo. «Más no se le puede pedir a la vida», instagramea Rizzo junto al selfie con Borges (impresionante a sus 78 años). Por cosas como ésta merece la pena el Festival de Málaga.

El tuit del día

José Antonio Hergueta (@Hergueta_JoseA): «El derribo de VillaMaya, casa del cónsul mexicano Porfirio Smerdou, coincidió ayer con el apoyo de @festivalmalaga al proyecto sobre Málaga 1936-37 que preparamos. Tristeza por la memoria histórica abandonada y la esperanza de poder contar una gran historia».

Que sí, que hay otra Película de Oro

¿Alguien se ha enterado de que no hay sólo una Película de Oro en el Festival de Málaga? Sí, también hay una Película de Oro Latinoamericana? La historia oficial, de Luis Puenzo.

Bajonazo

Por cierto, no es mía solamente la sensación de que este año el certamen, al menos en términos mediáticos, de presencias, ha pegado un bajonazo considerable. Se comenta en muchos círculos de los saraos nocturnos postproyecciones. La apuesta decidida de Juan Antonio Vigar por lo cinematográfico (muchas actividades sectoriales y la ampliación del espacio concedido al cine latinoamericano, que no está precisamente poblado por estrellas populares aquí) podría haberle restado flashes al Festival, no lo sé. Pero, insisto, algo está fallando y se nota.

Denuncia con crucero de fondo

Me hace gracia que en las imágenes del photocall de Staff Only, película que pone en imágenes el absurdo y vergonzoso del turismo de resort, se vea un crucero de fondo.

Alfombra más que silenciosa

El trajín de estos días hizo que se me traspapelara una pildorita de la alfombra roja inaugural del certamen: la retransmisión oficial, por streaming (recordemos: este año Canal Málaga, el municipal, el que pagamos nosotros, el del Ayuntamiento, que sufraga en gran porcentaja el certamen, no está presente en esto) tuvo más silencios que una película de Philippe Grandrieux rodada en un cementerio y una serie de catastróficos fallos (confundir a la mujer del ministro José Guirao con la concejala Gemma del Corral, llamar Ingrid Rubio a Ingrid García-Jonsson).

Acercarse al cine latino

Me cuenta un espectador del Festival que se encontró paseando por el Mulle Uno a Xabiani Ponce de León, protagonista de la que parece ser una de las mejores películas de la Sección Oficial, Esto no es Berlín (no pude acercarme al pase). «Se sorprendió de que yo me acercara a él para saludarle y felicitarle por su película, que acababa de ver», me dice el malagueño.

Tele, tele, tele, tele...

Habida cuenta de que muchas veces generan más expectación mediática los estrenos malagueños de series que la propia Sección Oficial, ¿cuánto tardará en desaparecer Screen TV, el hermano menor catódico del Festival de Málaga, o fusionarse con el de Málaga con un apartado propio de enjundia?