La última película que alarga el vicio incansable por el séptimo arte de un cineasta inagotable llamado Arturo Ripstein está compitiendo en el Festival de Málaga y, a estas alturas de su dilatada trayectoria, ilustra su proclama de que siempre ha pensado «en blanco y negro».

El cineasta latinoamericano no oculta el peaje que ha pagado por su apuesta: «Muchas de mis películas no debieron haberse hecho nunca pero se hicieron y todas estaban pensadas en blanco y negro, no las hice así siempre en blanco y negro porque comercialmente era imposible, pero yo pienso siempre pienso en blanco y negro».

En opinión de Arturo Ripstein, «el blanco y negro es la vida y también es la belleza».A él este registro le sigue recordando a los grandes fotógrafos e, incluso, a 'El Guernica' picassiano.

Dado el peso que su mujer guionista tiene en su propuesta, Ripstein refirió lo que supone en su carrera el encuentro con su pareja, Paz Alicia Garciadiego. «Es el otro lado de mi vida y mis intereses», dijo refiriéndose a que la cinta que ahora presenta comenzó con «la sorpresa de un guión ya hecho» que le trajo ella.

Cuando Paz irrumpió en la pantalla a su lado, Ripstein resumió 35 años de trabajo conjunto en los que ella comenzó «negándose a escribir el primer guión que le propuse». «Luego, con unos cuentos de Juan Rulfo ella ya me pidió hacer un guión entero y,con el tiempo, llegó esta película que tiene un título horrible, 'El diablo entre las piernas', y en ese momento me convenció para leerlo», relató.

Ripstein también recordó vivencias con José Luis Cuerda, se remontó a una relación de amistad que parte de cuando el cineasta español fue a presentar a Méjico 'Amanece que no es poco'. «Siempre que pudimos nos encontramos y era un hombre generoso y cordial».

'El diablo entre las piernas' parte de una recomendación de Antonio Saura a Vigar: «Estamos encerrados peto hemos evitado la violencia de género», dijo Ripstein en tono bromista sobre su argumento.

Luego, Vigar le mostró la Biznaga del Premio Retrospectiva y Ripstein reiteró que «es una gran alegría porque este festival tiene mucho fundamento, en el sentido gastronómico del término y no sólo por el pescaíto frito». «Lo agradezco de veras, de corazón, siento que un virus contagioso me haya impedido estar con ustedes», concluyó.