«Quizás gustamos porque respetamos las historias y nos dejamos llevar por ellas»

¿En qué momento les llega el reconocimiento del Festival de Málaga? 

Javier Ambrossi: Desde luego que estamos en un momento muy bueno. Un galardón como éste hace que miremos hacia atrás, sobre todo para darnos cuenta de lo afortunados que somos y de estos diez años que llevamos trabajando juntos. Ha sido muy mágico pensar que venimos del hall de un teatro sin apenas producción hasta llegar a hacer 'Veneno', una serie que ha sido un éxito en todo el mundo con una repercusión social abrumadora. Yo me siento muy orgulloso de ese viaje, pero también tengo la impresión de que es el principio. Tanto 'La Llamada' como 'Veneno' y 'Paquita Salas' son el principio de algo que tiene que venir. 

Por cierto, para recoger el premio han venido con John Cameron Mitchell, icono absoluto de la comunidad LGTBI por su 'Hedwig & The Angry Inch'.

J. A.: Es uno de nuestros ídolos. De hecho, La Llamada estaba inspirada en Hedwig and the Angry Inch. Fuimos a ver esa función unas mil veces... 

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No es muy habitual su caso: tienen al público rendido, la crítica empieza a respetar su sello y se han convertido en referentes culturales. ¿Cómo lo han hecho?

J. A.: No sé cómo lo hacemos, pero desde luego ser mainstream y tener éxito de crítica y público es muy difícil. No nos sentamos pensando en el resultado;estamos comprometidos con nuestra historia y vamos ordenándola y dando lo mejor de nosotros mismos hasta terminarla. Nosotros lo que tenemos es respeto por las historias, y esas historias nos llevan adonde tengamos que ir. Quizás por eso el público siente lo que hacemos como algo genuino, cercano.

«Sólo queremos que nos escuchen», decían en una reciente entrevista. Con todo el éxito del que disfrutan, ¿no sienten que se les escucha? 

Javier Calvo: Sí, nos sentimos escuchados. Nos hemos ganado un lugar en el que lo que hacemos tiene la seguridad de ser visto, sobre todo gracias al público. La gente tiene interés en lo que hacemos pero eso también genera mucha responsabilidad. Por eso hicimos 'Veneno', porque cuando ya terminamos 'Paquita Salas' estuvimos meditando mucho qué sería lo próximo que íbamos a hacer. Y tenía que ser algo que sea importante.Por eso nos metimos en otros proyectos como 'Cardo' e incluso montamos nuestra propia productora, Suma Content.

Con la compañía ya son los generadores de sus propios proyectos y otros ajenos, el principio y el final de las historias que les interesan. 

J. C.: Nos dimos cuenta de que mucha gente nos había abierto la puerta para llegar hasta donde estamos y nos sentíamos agradecidos por eso y hemos hecho lo propio con otros creadores. 

¿Por qué ahora?

J. C.: Por este momento de boom de las plataformas, la necesidad de series y películas. Nos llamaban de diferentes plataformas pidiéndonos proyectos y tuvimos claro que debíamos hacer algo nuestro y ayudar a otras personas a realizar sus propias obras. Haciendo 'Cardo' y 'Vestidas de azul' [la continuación de Veneno], y ahora metidos en la segunda temporada de Cardo, nos damos cuenta de que se nos da muy bien leer un guión y ayudar a otros y otras a escribir el mejor guion que puedan contar, ayudarles a dirigir mejor, a montar una historia o un proyecto. Creo que hay algo que se nos da muy bien, ser productores creativos. Y disfrutamos mucho de ello. El poder haber ayudado a Claudia y Ana [Costafreda y Rujas, las creadoras de 'Cardo'] y al resto de personas creativas que están a nuestro lado nos da una oportunidad maravillosa para poder ayudar y hacer que otras y otros sigan adelante.

Supongo que no tendrán olvidado el cine. ¿Cuándo podremos ver algo suyo en el Festival de Málaga?

J. C.: Lo próximo será una película.

J. A.: Llevamos mucho tiempo trabajando en una película, un año y medio, y diría que casi dos escribiendo, documentándonos... Aún no podemos decir nada. Está siendo una labor superinteresante, con un universo propio enriquecedor. Pero aunque no paremos de trabajar todavía nos queda para terminar. 

Lo tienen todo o casi todo: productora propia, capacidad de realizar vuestros propios proyectos, al público y a la crítica de su lado. ¿Dónde está el límite?

J. C.: Límites no hay que ponerse nunca para nada. 

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