Clausura

Una noche para emocionarse con el cine

La vigésimo quinta edición del Festival de Málaga echó el cierre con una velada sobria, discreta y, sobre todo, emotiva, marcada por homenajes póstumos, guiños a la trastienda del certamen y denuncias más que justas

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Se notó en la ceremonia de clausura que había mucho que celebrar, llorar y emocionarse, que han sido tiempos duros y que hay muchas ganas de volver a ser lo que nunca hemos dejado de ser. Terminó la vigésimo quinta edición del Festival de Málaga, la de las bodas de plata, la del regreso de la alfombra roja, la de la vuelta al modelo de cercanía y carácter popular que siempre ha caracterizado al certamen, con una velada sobria, muy discreta, sin estridencias, muy pegada al corazón de todos los que habitamos año tras año, por una semana larga, en «la casa común del cine en español», como le gusta decir a su director, Juan Antonio Vigar.

No hubo demasiado de eso que llaman espectáculo en la ceremonia: comenzó con la actuación del flamenco Arcángel y se contó con la banda del simpar actor Manolo Solo, Los Also Starring. Todo lo demás, sentimientos, agradecimientos y recuerdos genuinos. Muchos nos quedamos con la piel de gallina con el homenaje con el que el equipo de 'Lugares a los que no hemos ido' rindieron su tributo, sus Biznagas, a Roberto Pérez-Toledo, fallecido hace unos meses por una accidente cerebrovascular zanjando una vida marcada por una atrofia espinal congénita que no le impidió levantar proyectos cinematográficos sencillos, de calado humano. Sus actores y hasta la pareja del realizador no pudieron, ni quisieron esconder las lágrimas con las que agradecieron los premios al filme. 

Como también se mostraron emocionadas, sin tapujos, las actrices Milena Smit y Olivia Baglivi, protagonistas de 'Libélulas', otra de las cintas clave en esta edición de ZonaZine; especialmente una Smit (que lleva entre nosotros varios meses por el rodaje de la serie La chica de nieve) que tuvo que cortar su discurso en varias ocasiones.

Lo del chileno Nicolás Poblete, Mejor Actor de Reparto por 'Mensajes privados', fue otro de los momentos de la noche. Merece la pena transcribir las palabras, casi punto por punto, del intérprete, que confiesa en la cinta de Matías Bize cómo fue abusado sexualmente por su tío político a los 9 años: «Recuerdo que cuando se proyectó la película en el Festival de Málaga miré al techo y vi el mensaje tan lindo que está escrito [Honor a las bellas artes]. Gracias a las artes, esta película me permitió transformar algo que ha sido muy doloroso en flores. Quiero que esta película se transforme en la voz de todos los niños y niñas que han sido abusados, o que desaparecen en el mundo, que ayude a que se meta a los abusadores en las cárceles, que es donde deben estar». Justa reivindicación como los varios mensajes que sonaron en las voces de actores y actrices en sus discursos contra la guerra de Ucrania, y hasta proyectado en un momento en la pantalla del Cervantes un meridiano «Stop Putin, Stop War».

Más momentos bonitos. Si han pasado por los pases de prensa del Festival de Málaga seguro que conocen a Guille, un chico en silla de ruedas que ocupa una de las plateas, que se ve todas las películas, que también hace entrevistas a actores y actrices; estudiante de Comunicación Audiovisual, con un Master de Guion y que ha hecho ya sus pinitos en la actuación, es el mayor cinéfilo de todos los que pululan por el certamen. Anoche subió al escenario del Cervantes para presentar, junto a la influencer de influencers Dulceida, el Premio del Público. «Los cines son un lugar maravilloso. No dejemos de ir al cine. ¡Cultura segura!», exclamó Guille. 

Fue también hermoso contemplar a Leonardo Sbaraglia, en un vídeo de agradecimiento que grabó en su casa, besando las dos biznagas malagueñas que ya tiene (Mejor Actor por 'El otro hermano' y el Premio Málaga por toda su carrera) y a las que pronto se sumará una tercera por 'Almost in love (Ámame)'.

Como también gustó ver y escuchar a la gran Susi Sánchez, una de las mejores actrices en activo de nuestro país, dedicar su Premio a la Mejor Actriz (compartido con Laia Costa, también por Cinco lobitos) a sus «compañeros» de la Escuela de Arte Dramático de Málaga, «que pronto serán profesionales» y a su «alma gemela», el director malagueño Ramón Salazar, con el que, avanzó, pronto trabajará en un proyecto tras la ya lejana última colaboración de ambos, La enfermedad del domingo. 

La malagueña Fiorella Faltoyano, otra de las grandes de nuestro cine, presentó la ceremonia. «Casi sin darnos cuenta hemos cumplido 25 años y nos sigue uniendo una pantalla, una pantalla en la que cabemos todos», fue su mensaje de despedida, dando paso a un emotivo vídeo con las mejores imágenes de esta edición recién clausurada, con la canción Toda una vida de fondo (en la versión de Omara Portuondo): «Toda una vida / Me estaría contigo / No me importa en qué forma / Ni dónde, ni cómo / Pero junto a ti», toda una declaración de intenciones. Hemos terminado los primeros 25 años de existencia conjunta; a por muchos más.

Suscríbete para seguir leyendo