Sección Oficial

Subirana viaja a la Costa da Morte para que miremos la naturaleza con otros ojos

La competición de largometrajes proyectó ayer uno de los títulos más esperados por los cinéfilos, entre la fábula poética y el relato iniciático

Subirana viaja a la Costa da Morte para que miremos la naturaleza con otros ojos

Subirana viaja a la Costa da Morte para que miremos la naturaleza con otros ojos

La Opinión

Era una de las películas más esperadas de la Sección Oficial de la presente edición del Festival de Málaga. Sica, como 20.000 especies de abejas y la ya estrenada aquí Matria, fue incluida en la programación de la reciente edición del Festival de Berlín, donde cosechó encomiables críticas. Así que muchos esperaban con ganas la proyección de ayer, aunque, al final, la película, el debut en la ficción de Carla Subirana, no gustó tanto como se esperaba a buena parte de la crítica.

La película, que se mueve entre el coming of age (las películas de iniciación adolescente) y las fábulas poéticas en las que la naturaleza adquiere un protagonismo extraordinario, nos presenta a Sica, una adolescente de la Costa da Morte (Galicia) que vive obsesionada con que el mar devuelve el cuerpo de su padre tras un naufragio, con una apuesta visual en la que casi se puede oler la Costa da Morte gallega. «El paisaje me fascinó con ese magnetismo y ese océano tan brutal», explicó ayer la realizadora del filme tras su estreno para la prensa.

«La película propone al público mirar con otros ojos ese mar, esa naturaleza y ese viento, y tener una mirada más atávica, como nuestros antepasados podían mirar la naturaleza», argumentó Carla Subirana, una directora con una notable trayectoria como documentalista a sus espaldas, casi siempre marcada por, como comenta, «entrar en mundos desconocidos y aprender sobre ellos». Sica no ha sido una excepción aunque el proceso ha sido trabajado desde la ficción. Y, sobre todo, desde la poesía: toda la historia está impregnada de la poesía, la magia y las leyendas de la zona, y de algunas frases que escuchó a los marineros, como «El mar besa muchas veces la tierra, pero nunca se casa con ella».

Subirana se empeñó en rodar en la Costa da Morte en invierno; «una decisión suicida» que se confirmó desde el primer golpe de claqueta: lluvia lateral y vientos de 40 kilómetros por hora, que hicieron que las carpas del equipo volaran. Al final del rodaje, cuando se buscaron planos de cielos grises, el clima de la zona respondió con un inusual sol para la época. Y es que, como tema que también se señala en la película, el cambio climático está cambiando la vida de los habitantes de la Costa da Morte, donde ahora hay muchos menos peces que pescar.

La realizadora prescindió del formato digital para emplear el 16 milímetros, para conseguir «una textura fílmica que proporcionaba una imagen casi material, en la que se pierde la perfección de lo digital».

La productora de Sica es Alba Sotorra, quien también presentó ayer Zapatos rojos en la Sección Oficial del Festival de Málaga. «La película de Carla de cómo, si perdemos la conexión y el respeto con la madre naturaleza, hay un desequilibrio. Me sedujo la propuesta de Carla porque ella, a partir de la metodología documental, va más allá del naturalismo».

Subirana apuesta por el paisaje gallego pero también por su paisanaje, ya que algunos de los actores de la película no son profesionales. Nuria Prims, la intérprete que encarna a la madre de la adolescente protagonista (incorporada, en su debut cinematográfico, por Thais García, de sólo 14 años), apuntó que una de las «particularidades» de la película era para ella trabajar con actrices no profesionales, y «la base del trabajo estaba en llegar al encanto y la naturalidad de quien no se dedica a esto y no tiene vicios».