Entrevista | Fernando Méndez-Leite Guionista, escritor y crítico de cine

«Mi psicoanalista me dijo que a mí me salvaron mis abuelos y el cine»

El cine clásico ya no está en el imaginario colectivo de la sociedad, se lamenta Méndez-Leite, convencido, eso sí, de que el cine no desaparecerá mientras haya gente que cree películas

Fernando Méndez-Leite, antes de la proyección del documental ayer.

Fernando Méndez-Leite, antes de la proyección del documental ayer. / Gregorio Marrero

Eduardo Parra

Algo que se comprueba viendo La memoria del cine es cómo el cine tiene la capacidad de contar la historia de un país.

Eso lo tuve claro siempre, pero sobre todo cuando me metí a hacer La noche del cine español [un formato de TVE emitido entre 1984 y 1986]: me pasaron 35 películas para ver qué podíamos a hacer con ellas. Empecé a verlas y lo primero de lo que me di cuenta es de que contaban la España del momento y, de paso, mi historia personal. Qué mejor manera de saber cómo era la España de los 70 que ver Nueve cartas a Berta o Crimen de doble filo.

En el documental también se ve el grado de camaradería que había en los comienzos de la Escuela de Cine de Madrid, entre la gente que forjó lo que es hoy el cine español.

Estábamos totalmente metidos en el cine, desde la mañana hasta la noche. Íbamos al cine por la noche y luego nos íbamos a una cafetería o un café a hablar de cine...

La gente ya no se relaciona con el cine de la misma manera en que su generación lo hacía.

Es que el mundo ha cambiado. De diez años a esta parte, el cambio ha sido muy radical. ¿Vio el programa en que Clara Simón y J. Bayona hablaban de cine con unos adolescentes? [Se refiere a una edición de Salvados] Era tal la distancia con aquellos chicos que esos directores, que son muy jóvenes, parecían ya antiguallas. A mí ya me chocaba que Bayona o mi alumno Paco Plaza, al que quiero mucho, quisieran hacer películas comerciales o de terror, pero es que ellos son angelitos comparados con estos jóvenes que ven las películas a triple velocidad.

¿Es su generación la base del cine español actual?

No creo que sea del todo así. A partir de los años noventa se produjo un cambio tecnológico y apareció una generación que ya no tiene nada que ver con la nuestra, que ha nacido o crecido en democracia y en la modernidad, que no tiene un background parecido al nuestro. Yo creo que el cine que se que se ha hecho desde entonces, desde los noventa, le debe mucho a la legislación de Pilar Miró y al trabajo que se hizo en los años 80 para ir creando industria y tejido cultural. Pero a mí me interesa mucho lo que se hace ahora mismo en el cine español.

La parte más humana de La memoria del cine y quizás para todos la más desconocida es aquella de la que habla de su infancia, del origen de su amor por el cine.

Moisés Salama vio muy claro que el germen de todo estaba en mi infancia y que mi pasión por el cine viene desde que tengo uso de razón...

Fernando, ¿el cine le ha salvado?

Totalmente. En los años ochenta y noventa hice once años de psicoanálisis; un día, mi terapeuta me dijo: «A usted lo que le ha salvado son sus abuelos y las películas». Justo lo que se decidió que era el origen de mis problemas, el cine, me acabó salvando. A mí me prohibieron ver películas, pero yo me mantuve con la cabeza alta y durante un año y algo mantuve la afición al cine sin ver películas y sin material de ningún tipo que tuviera que ver con el cine.

Méndez-Leite durante la presentación del documental sobre su vida.

Méndez-Leite durante la presentación del documental sobre su vida.

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En el documental vemos esos momentos en los que sacrifica y deja apartada su vocación como director para encargarse de asuntos menos artísticos como la dirección del ICAA.

Es que en mi vida ha habido épocas en las que mi insistencia para hacer películas fue muy continua y otras en las que, bueno, pues acepté que las cosas eran como eran. Pero yo me responsabilizo de todo, hasta de lo que no he podido hacer; no fue culpa de los demás, sino que no supe gestionar las cosas debidamente.

¿De todas las miradas del cine español actual en cuál ve algo parecido a la suya?

Ahora es todo muy distinto. Yo nunca habría podido hacer una película como As Bestas pero como espectador me parece una película absolutamente genial, redonda y sorprendente. Ahora está todo muy diluido el cine de autor. Tienes que retomarte a directores como Woody Allen, Rohmer, Hitchcock o gente que ya no está o está fuera, con obras sólidos con continuidad en el tiempo. Porque ahora puedes ver cómo Chloé Zhao, por poner un ejemplo, hace una maravilla como Nomadland y después algo que no tiene nada que ver como The Eternals.

¿Y cómo se siente usted en este mundo actual?

A mí me cuesta mucho vivir en el mundo actual no por nada sino porque no es el mío, lo cual no quiere decir que no lo respete y que no quiera entenderlo. Tengo la tesis de que todos deberíamos ir nos de este mundo por decreto, es decir, que cuando uno cumpla, no sé, setenta años que se vaya.

Entonces, ¿el cine clásico desaparecerá algún día?

Hay gente que sigue viendo ese cine pero ya no está en el imaginario colectivo cercano y cotidiano de las personas. Cuando yo era joven, en los 70, hablábamos de las películas de Marlene Dietrich o del neorrealismo, que no eran el presente, con la misma pasión que cuando lo hacíamos de Grupo Salvaje o El Cazador, películas que representaron cierto deslumbramiento en aquel momento. Pero eso ya no es así ahora. Pero el cine siempre tendrá futuro, el cine no desaparecerá mientras haya gente que cree películas.