Entrevista | Álvaro Díaz Lorenzo Director de cine

Álvaro Díaz Lorenzo: «Mi objetivo es hacerte reflexionar mientras te ríes»

El fuengiroleño, defensor a ultranza y practicante de la comedia española enfocada a la taquilla, presenta Vírgenes, un homenaje a una época (los 60), su cine (el landismo) y un lugar (Torremolinos)

El director y guionista Álvaro Díaz Lorenzo, ayer.

El director y guionista Álvaro Díaz Lorenzo, ayer. / Gregorio Marrero

Málaga

Vírgenes destila esencia andaluza en cada rincón de su producción. Casi todo el equipo, desde los actores hasta los técnicos, tiene raíces en Andalucía, la película está rodada en Torremolinos, Mijas Costa, Marbella, Sevilla... 

Sí, me parece que es como una de esas clásicas comedias adolescentes de los años 80, pero con un enfoque más realista, íntimo y, sobre todo, costero, muy andaluz. 

John Hugues es un referente claro, ¿verdad?

Sí, pero también el cine de comedia social inglés. Ellos son los mejores en contar historias que mezclan la lucha, la crítica y la comedia. Es algo único, ¿verdad? Siempre he admirado cómo te pueden hacer reflexionar mientras te ríes. Y es algo que intento en mis películas.

Pero ellos, los ingleses, no tienen el landismo, ese movimiento cinematográfico tan denostado que usted recupera en la película de alguna manera.

Es un homenaje a esas películas. Revisitarlas es acercarse a un pedazo de historia, a una época en la que reír era casi un acto de resistencia debido a las circunstancias adversas. Ese cine ofrecía una ventana a la evasión y, al mismo tiempo, supone un espejo de la sociedad. Me fascina cómo esas películas mostraban lo que sucedía entonces, casi como un documental... La verdad es que es algo muy inspirador.

Y en algunos casos no se trata de películas tan sencillas o fáciles de etiquetar.

Muchas cargaban un mensaje social implícito. Aunque a primera vista parecían livianas, en realidad reflejaban las luchas y las tensiones de la sociedad. Vírgenes busca preservar ese espíritu de capturar una época y compartirlo con las nuevas generaciones.  

Reconstruir el Torremolinos de finales de los 60 ha sido un reto fascinante

Un Torremolinos que ya no existe tuvo que ser complicado de volver a construir para su película...  

Ha sido un reto fascinante, especialmente porque no existen muchas referencias específicas que seguir. Hemos intentado captar su esencia al máximo, destacando lugares icónicos como los pasajes de La Nogalera y la playa de La Carihuela. También exploramos zonas como el litoral de La Veramar, aprovechando cada rincón que conocíamos de la zona. Al ser de aquí, sabía dónde buscar para reflejar lo más auténtico de Torremolinos. El equipo ha trabajo de una manera excepcional, desde la dirección del arte hasta el vestuario, y en un tiempo récord: ¡la rodamos en sólo 23 días! Es, de hecho, la película más barata que he hecho, pero eso no ha limitado nuestro empeño en cuidar todos los aspectos de la localización y la ambientación.

Los Japón, Señor Dame Paciencia, La lista de los deseos... Prosigue su línea de cine abiertamente comercial.

Esta película está pensada para la taquilla, es decir, para ofrecer al público una experiencia gratificante y atrayente. El objetivo es crear algo que llegue tanto al gran público como a distintos segmentos de audiencia. Por un lado, buscamos atraer a quienes vivieron esa época, apelando a la nostalgia, y por otro, captar a las nuevas generaciones, ofreciéndoles una ventana al pasado. Pero mi compromiso no es sólo con el éxito en la taquilla; en Vírgenes hay mensajes sociales importantes: recordamos, por ejemplo, la persecución de los gays por la Policía. Creo que todo eso está integrado de forma honesta y comprometida con los momentos más de humor. Personalmente, disfruto especialmente de las películas que mezclan la comedia y el drama, esa combinación siempre da en el clavo.

¿Cuál es el toque Díaz Lorenzo? 

Siempre intento contarlo todo, ya sea la enfermedad o las relaciones familiares, como en algunas de mis películas anteriores, con un enfoque elegante, midiendo cada fotograma y cuidando todos los detalles. Porque hacer comedia no significa ser descuidado o simple; al contrario, todo debe ser bonito, elegante, con buena música y mucho mimo, buscando siempre el humor desde el respeto. 

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