Ya he comentado en alguna ocasión que este ha sido el primer año en el cual, tras 5 años de caídas en la cifra de negocio que gestionan, los fondos de inversión van a cerrar con un incremento neto de dinero gestionado de más de 20.000 millones de euros.

Esto, unido a que muchos analistas indican que ya se sale de la recesión y las inversiones en España aumentarán, se traduce en que el momento de volver a la bolsa puede estar cerca.

Ambos factores unidos hacen que como producto estrella de los ahorradores para 2014 nos encontremos con los fondos estructurados ya que, si no somos de los que gustan de invertir directamente en bolsa (renta variable pura), la otra alternativa que tenemos en escoger un fondo de inversión que parte de sus activos estén vinculados a la bolsa.

Fondos mixtos, con parte en renta fija o variable, se presentan como una buena alternativa. Pero los fondos estructurados se convierten con mucha probabilidad en el producto que más demanda pueda tener, ya que son unos productos que invierte una parte en obligaciones o bonos del Estado, con los que protege total o parcialmente el capital y con el cupón que cobra apalancan su inversión, a la vez que el resto del dinero se destina a la compra de derivados vinculados a renta variable (generalmente opciones) que es lo que va a permitir el optar a conseguir rentabilidades superiores a lo habitual del mercado.

No es que haya muchos en el mercado pero los analistas predicen que son productos que saldrán en las ofertas de todas las entidades financieras en breve, ya que son un vehículo seguro para canalizar el ahorro del pequeño ahorrador y corriendo un poco de riesgo, conseguir rentabilidades más que interesantes.

Son realmente lo que las entidades financieras no hace mucho comercializaron como ‘Estructuras’, que para determinado ahorradores traen malos recuerdos ya que entre las estructuras que se comercializaban había algunas que invertían en Lehman Brothers.

Lo cierto es que en el momento que la bolsa empiece a subir, los ahorradores comienzan a meditar seriamente si entrar en ella y, la forma más segura en estos momentos, es la de entrar a través de fondos estructurados, a que no dejan de dar una sensación de seguridad mayor que la inversión directa en valores bursátiles.

El éxito o no de que estos productos sean contratados finalmente por los pequeños ahorradores pasará por que sean correctamente asesorados ya que la experiencia anterior de este tipo de productos no ha sido la más adecuada, sobre todo porque se comercializaron a perfiles de ahorradores inadecuados. El pequeño ahorrador tiene que tener claro que se asumirá un determinado nivel de riesgo al contratar los fondos estructurados, pero que a cambio podrá disfrutar de una rentabilidad que ni depósitos ni fondos tradicionales pueden ofrecer en estos momentos.

Lo que sí es verdad es que la posibilidad de tener rentabilidades elevadas pasa por ir con un porcentaje de los ahorros a bolsa, ya sea de forma directa o a través de fondos, pero hay que ir a ese segmento sin duda, ya que sino volvemos a inversiones con rentabilidades propias de depósitos bancarios tradicionales.

Sin duda, pueden ser una alternativa interesante para aquellos ahorradores a los cuáles les vencen depósitos este año, pero recomendamos encarecidamente que, antes de contratar cualquiera de estos productos, lea toda la letra pequeña, pida asesoramiento especializado y que todo lo que se le diga quede plasmado por escrito, por si ocurren cosas extrañas posteriormente.