Un momento clave en la carrera de cualquier profesional es superar una entrevista de trabajo. A priori, parece muy complicado dejar de banda el estrés y el nerviosismo que supone enfrentarse a las preguntas de los responsables de Recursos Humanos o del propio jefe.

Y lejos queda aquello de un apretón de mano, un repaso por el curriculum y aptitudes, así como un listado de virtudes y defectos del candidato. La competencia es cada vez mayor como también lo es el nivel de exigencia de las entrevistas.

De aquí, que sorprendan algunas preguntas que no tienen nada que ver con el puesto de trabajo o las inquietudes del aspirante. La web de Infojobs recoge 10 cuestiones de lo más sorprendentes que se han formulado durante algunos procesos reales de selección por parte de grandes empresas norteamericanas.

  1. '¿Qué harías si fueras el único superviviente de un accidente de avión?'
  2. 'Si te despiertas una mañana con más de 1.000 emails por responder y sólo puedes responder 300, ¿cuáles responderías?'
  3. '¿Quién ganaría una batalla entre Spiderman y Batman?'
  4. 'Si existiera una máquina que fabricara billetes de $100, ¿cuánto pagarías por ella?'
  5. '¿Qué has desayunado hoy?'
  6. '¿Cuál es tu princesa de Disney preferida?'
  7. 'Si tuvieras que vaciar un avión lleno de caramelos, ¿cómo lo harías?'
  8. '¿Cuál es tu canción preferida de los 90?'
  9. 'Si tuvieras que describir el color amarillo a un ciego, ¿cómo lo harías?'
  10. '¿Cuál es el color del dinero?'

¿Qué son las entrevistas de estrés?

Nadie estudia para este tipo de preguntas, que buscan evaluar a un posible candidato. No existe, tampoco una única respuesta buena. Este tipo de cuestiones pretende sacar a la persona de su zona de confort. A un nivel más elevado, en la que se se conoce como 'una entrevista de estrés', el seleccionador emplea modos de actuar que generan un alto grado de tensión mediante preguntas incómodas, actitudes de superioridad o incluso ignorando la presencia del candidato.

Con este tipo de preguntas y entrevistas se pretende ver cómo reaccionan los candidatos bajo presión o ante situaciones incómodas o extrañas, saber cómo piensan, sacar conclusiones de sus personalidades, si les gusta trabajar en grupo, si son pragmáticos o creativos...

Otras preguntas difíciles de contestar

Las entrevistas de trabajo se han convertido en una gran prueba a superar y hace falta conocer una serie de pautas y consejos para no meter la pata en lo más básico. Aquí va una selección de las cuestiones más difíciles con las que te puedes encontrar.

¿Cuáles son sus debilidades?

Normalmente a las personas les cuesta reconocer sus defectos, pero ser sincero siempre prima a quedar bien de mala manera. Así, lo mejor es dar a conocer alguna debilidad leve, que no suponga un impedimento con el puesto buscado ni con la relación con los compañeros y jefes, y que deje entrever que no te andas con rodeos y hablar de ti no es una cortapisa. Es importante mostrar autocrítica y conocimiento de uno mismo, por lo que otra buena opción es hablar de aspectos que antes eran puntos débiles, pero en los que se ha trabajado para mejorar.

¿Por qué dejó su trabajo anterior?

Sean cuales sean las razones por las que se decidió dejar una empresa nunca, jamás, hay que hablar mal de la misma ni de los anteriores jefes en la entrevista de trabajo. Da una impresión de deslealtad y poca profesionalidad. La clave es centrarse en el futuro, mostrándose optimista y ambicioso de cara a los próximos retos.

¿Por qué le interesa este puesto?

Una cosa muy importante siempre que se va a pedir un trabajo a otra empresa es conocer su historia, situación, actividad... algo clave a la hora de responder a esta pregunta, en la que se puede dar muestra de que uno encaja en el perfil buscado y en la empresa además de explicar las propias motivaciones.

¿Por qué deberíamos contratarle?

Siempre lo más importante es centrarse en lo que uno puede aportar. Centrarse en las cualidades y puntos fuertes puede ser un pequeño paso hacia el sí definitivo.

¿Cuál es su mayor fracaso profesional?

Lo primordial es no intentar salir de esta cuestión con evasivas. Centrarse en un caso que verdaderamente haya ocurrido, contarlo sin exceso de dramatismo y hablar del aprendizaje que es mala experiencia ha dado puede ser una buena forma de salir del paso.