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La Opinión de Málaga
Ver galería >Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Gregorio Torres
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
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Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
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Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
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Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Gregorio Torres
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Gregorio Torres
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Gregorio Torres
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Gregorio Torres
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Álex Zea
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
Lágrimas y Favores no tiene una salida sencilla desde la iglesia de San Juan. Es mucha la gente que se acerca a ver su salida el Domingo de Ramos. La estrechez de la calle Calderón de la Barca obliga al trono a ser muy precisos en la maniobra, dificultada por una pelotera de gente frente al trono que se mueve entre tropezones y empujones, sin querer dejar de mirar a la Virgen.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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