Tricia Walsh, que se hace llamar "la guerrera", se ha hecho popular en las últimas semanas con sus comentarios despectivos hacia su marido, el empresario teatral Philip Smith, después de que este, 25 años mayor que ella y presidente de la Organización Schubert, le pidiera el divorcio.

Dos días después de que un juez de Manhattan concediera a Smith ese deseo, al considerar que la esposa le había tratado de forma cruel e inhumana, la actriz ofreció hoy una conferencia de prensa en Nueva York para denunciar lo que considera un complot para destruirla.

"Estamos destapando lo que creemos que es un esfuerzo concertado por Philip Smith e individuos de la Organización Schubert para interferir en las relaciones empresariales de Tricia, destruirla económicamente, y causarle dolor emocional", aseguró su abogado Joseph McCaffery.

"Esta misma mañana hemos recibido amenazas de muerte", añadió el jurista.

El abogado detalló durante la conferencia de prensa que la obra de teatro "El último viaje", escrita por la actriz, se iba a representar en un local de Connecticut, pero la intervención de Smith hizo que se cancelara sin explicación alguna.

La actriz no ofreció más detalles sobre las supuestas amenazas de muerte.

"Pese al abuso de la influencia de Philip Smith y la Organización Schubert y sus esfuerzos para hundirme, no me dejaré intimidar, ni coaccionar, ni nada", afirmó.

"Ningún ser humano querría haber pasado por lo que yo he pasado durante el último año. Mi marido es un hombre rico y yo le he dado los mejores años de mi vida", añadió.

El lunes pasado, un juez estableció que la actriz deberá abandonar antes del próximo 21 de agosto el lujoso apartamento que ambos comparten en Nueva York, por considerar que ella fue cruel con su marido y que los vídeos suponen maltrato matrimonial.

Además, y según publicó en su día la prensa local, ordenó que Smith pagará a su ex mujer los 750.000 dólares establecidos en el acuerdo firmado por la pareja antes de casarse.

La actriz trató sin éxito que el juez invalidara ese contrato, al argumentar que no lo entendió bien cuando lo firmó y que merece más dinero.