El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, busca comprador para Villa Certosa, la lujosa propiedad que posee en la isla italiana de Cerdeña en la que ha celebrado algunas de sus controvertidas y fotografiadas fiestas privadas con velinas (azafatas de televisión).

Según informaba ayer el diario económico milanés Il Sole 24 Ore, Berlusconi ha decidido poner en venta por 450 millones de euros todo el complejo urbanizado de Villa Certosa, de 80 hectáreas de terreno en total y que fue comprado por el mandatario italiano en 1988.

«El 17 de julio pasado, el presidente (del Gobierno) me ha encomendado la labor en exclusiva de tratar la venta de Villa Certosa», comenta al periódico Claudio Giuntoli, un agente inmobiliario de Milán que desde años sigue las actividades empresariales de Il Cavaliere en Cerdeña.

El complejo sardo, en el que, según el diario italiano, están interesados dos magnates rusos, dos jeques árabes y un empresario londinense, cuenta con 4.000 metros cuadrados construidos: 2.600 corresponden a la mansión principal y el resto están distribuidos en otras tres construcciones habitables más pequeñas.

Esos 450 millones de euros que pide Berlusconi por su propiedad comprenden además los 300 metros cuadrados adicionales que se pueden construir tras la reciente aprobación de una modificación en los reglamentos medioambientales y de urbanismo locales que han puesto en pie de guerra a ambientalistas y la oposición política.

Escándalo y separación

La familia Berlusconi solía pasar los veranos en Villa Certosa antes de la separación del mandatario de su segunda esposa, Verónica Lario, acaecida el año pasado tras el escándalo por la fiesta del dieciocho cumpleaños de la joven napolitana Noemí Letizia.

Es precisamente esa separación, junto al hecho de que sus hijos cada vez acudan menos a la mansión de Cerdeña, lo que, según Il Sole 24 Ore, ha llevado a Berlusconi a poner en venta la propiedad.

En ello, explica el diario, ha influido además «la invasión de la privacidad» que se llevó a cabo el año pasado con la publicación de unas comprometidas fotografías realizadas por el fotógrafo Antonello Zappadu.