Marenostrum Fuengirola: así es la gestión sostenible de todo un verano musical

Podría tratarse de uno más de los más de 900 festivales previstos a lo largo y ancho del país, pero Marenostrum Fuengirola acoge un programa que compatibiliza cartel musical y propósito ambiental.

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El verano es el momento ideal para disfrutar. Del buen tiempo, de las espectaculares playas y las montañas y, por supuesto, de la gran oferta de ocio que ofrece nuestra región. Una de las citas más esperadas del año es el ciclo de conciertos Marenostrum Fuengirola que este verano, en su séptima edición, vuelve a cautivar a una multitud entusiasta, atrayendo a esta localidad malagueña a una gran cantidad de seguidores y amantes de la música de todos los rincones del mundo.

Marenostrum Fuengirola nació hace siete años como una apuesta clara del Ayuntamiento de Fuengirola por la cultura y la música en directo.  Una larga lista de artistas sirve cada año como reclamo para un evento multitudinario, pero en el que también está cada vez más presente la necesidad de no malgastar recursos, de reutilizarlos y de ser eficientes en su uso. Con más de 180.000 asistentes en la pasada edición, el festival está tomando medidas para reducir su huella medioambiental. Para lograrlo, se ha apoyado en patrocinadores como Repsol, que se ha sumado a Marenostrum Fuengirola como partner en sostenibilidad y ha puesto en marcha diversas acciones que pretenden ayudar a la organización a conseguir el ambicioso objetivo de reducir a cero las emisiones netas de CO2.

En el entorno del Castillo Sohail y su parque, catalogado como Bien de Interés Cultural por sus restos arqueológicos fenicios, la multienergética ha instalado tres cubos solares que generan la energía necesaria para alimentar con electricidad 100% renovable las zonas de camerinos, oficinas y pantallas digitales del festival.

España cuenta con una oferta de ocio que sitúa el país en el ‘top’ entre los amantes de la música en directo. España cuenta con una oferta de ocio que sitúa el país en el ‘top’ entre los amantes de la música en directo

La apuesta de la organización y el gobierno municipal incluye la promoción de transporte sostenible impulsando el uso de combustibles renovables en vehículos de flotas y concesiones municipales y un hub de recarga para vehículos eléctricos. Además, fomentará la creación de comunidades solares en las inmediaciones del recinto y medirá el impacto medioambiental del festival para la posterior promoción del “Bosque Marenostrum Fuengirola” que compense las emisiones generadas durante el mismo. 

La organización facilita también la gestión de los aceites que se utilizan en los restaurantes o “foodtrucks”, con la instalación de puntos de recogida y formando al personal de Marenostrum. Al finalizar el ciclo de conciertos, Repsol convertirá el residuo resultante en combustible renovable.

Además, gracias a la buena acogida de un proyecto piloto que se realizó en 2022 con un generador híbrido de energía alimentado por gasóleo y gas licuado de petróleo (GLP), para esta edición se contará con dos generadores duales en la zona del escenario, que permiten ser más eficientes en el consumo de energía.

La colaboración de la multienergética no se limita al ámbito energético. Los usuarios que cuenten con la app Waylet pueden pagar sus entradas y consumiciones a través de la aplicación y disfrutar de una experiencia diferencial gracias a beneficios exclusivos como Fast Track en los accesos al recinto, así como en las barras principales.

LA SOSTENIBILIDAD, EN EL ‘CORE’ DE LOS FESTIVALES

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente – PNUMA, define un evento sostenible como “aquel diseñado, organizado y desarrollado de manera que se minimicen los potenciales impactos negativos ambientales y que deje un legado beneficioso para la comunidad anfitriona y todos los involucrados“.

El giro de Marenostrum Fuengirola es una muestra más de la evolución del sector de los eventos musicales hacia un mayor respeto por el medioambiente. La atracción del público joven por estos paraísos de los melómanos se ha convertido en un escaparate privilegiado para concienciar de la importancia de nuestras acciones en el cambio climático. Conscientes de la oportunidad, muchos de los organizadores han emprendido acciones contundentes no solo para reducir la huella medioambiental de la actividad, sino también para fomentar valores globales que van desde la economía circular, al cuidado de los bosques o la celebración de la diversidad. 

Una investigación anglosajona reciente estima que las actuaciones en vivo en el Reino Unido generan algo más de 400.000 toneladas de CO2 al año y otros cálculos del sector consideran que en los grandes eventos cada asistente puede ser responsable de la emisión de al menos 25 kg de dióxido de carbono.

La actividad en torno a los festivales provoca millones de desplazamientos al año y una gran concentración de personas. La actividad en torno a los festivales provoca millones de desplazamientos al año y una gran concentración de personas.

Para establecer un orden de magnitud, en España un solo festival, como la edición barcelonesa del Primavera Sound, concentró el año pasado a más de medio millón de personas. Hagan cálculos. 

Los eventos musicales han empezado a abrazar el compromiso medioambiental como una cuestión estratégica. Al mismo tiempo, muchos espectadores e incluso artistas musicales como Radiohead, Coldplay o los nacionales Niños Mutantes reclaman medidas medioambientales o compensan la huella de sus desplazamientos y actuaciones.

El festival francés Le Crussol fue pionero en este tipo de iniciativas cuando inició su actividad en 2017 bajo una consideración eco-ciudadana en el valle del Ródano. Desde entonces han surgido diversas iniciativas para asegurar una reducción de la huella ecológica y sellos que certifican que las celebraciones no dañan al medioambiente.

En España, diversos eventos de este tipo cuentan con certificados de sostenibilidad y desde hace años han emprendido acciones como racionalizar el uso de plásticos, priorizar un menor y más sostenible consumo energético, contener el uso de los recursos, ofrecer agua potable sin coste o recoger selectivamente los residuos.  El Rototom, que actualmente se celebra en Benicassim fue el primer festival español en obtener un certificado de emisiones, con diversas acciones para la sostenibilidad que van desde la limpieza de playas al alquiler de bicicletas entre los asistentes. El gallego Sinsal SON que se celebra en las Rías Baixas propone un espectáculo con implicación de la comunidad y publica cada año una extensa memoria de sostenibilidad. Sonidos Líquidos, en el paisaje volcánico de Lanzarote, cierra incluso las carreteras de acceso y ofrece servicios de transporte verde hasta el recinto a los asistentes, artistas y empleados.

UNA OFERTA LÚDICA SIN IGUAL

Como segunda marca turística más reconocida del mundo y tercer país más visitado por extranjeros en todo el planeta, España tiene la receta para el disfrute. Entre los ingredientes principales destaca una oferta de ocio que sitúa el país en el ‘top’ entre los amantes de la música en directo, con multitud de festivales previstos a lo largo y ancho del país en este 2023, como el Marenostrum Fuengirola.

Según estadísticas recogidas en el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura en el 2022 se celebraron cerca de 900 festivales de música en España. Estas actividades facturaron 459 millones de euros, también en el 2022, solamente teniendo en cuenta las ventas de entradas, tal como indica la Asociación de Promotores Musicales en el informe Observatorio de Marcas en Festivales. Una cifra que supone un 20% más que en el 2019. La fiebre de la fiesta musical se concentra en los meses estivales, que coparon el 65% de las convocatorias. 

Festival Marenostrum en Fuengirola. Festival Marenostrum en Fuengirola.

Techno, reggaeton, rock, soul, jazz, reggae… Sea cual sea el estilo musical, seguro que los espectadores tienen una cita con sus artistas favoritos en el marco de una industria en auge que ayuda a liberar el estrés de la rutina diaria. De hecho, un estudio realizado por Patrick Fagan, experto en ciencias del comportamiento y profesor asociado de la Universidad Goldsmith's en colaboración con el conocido recinto de conciertos británico O2, desveló que la asistencia a conciertos puede ayudar a alargar la vida al mejorar el bienestar de los espectadores en más de un 20%.

Qué mejor reclamo para dejarse llevar por el ritmo este verano.

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