Texto: María Torres
27 octubre 2021

La clave para optimizar la red y procesar los datos a mayor velocidad

El número de equipos conectados a Internet y el volumen de datos que producen crece a tal velocidad que las infraestructuras tradicionales centralizadas tienen dificultades para adaptarse. La solución: Edge Computing

El Edge Computing permite que los datos producidos por los dispositivos de internet de las cosas (IoT) se procesen más cerca de donde se crearon en lugar de enviarlos a través de largas recorridos para que lleguen a data centers y nubes.

La mejor definición para entender qué es el Edge Computing es la siguiente: consiste en llevar el poder de procesamiento lo más cerca posible de donde los datos están siendo generados. Consiste en acercar la nube hasta el usuario, hasta el borde mismo (edge, en inglés) de la red.

Procesar los datos lo más cerca posible

El inicio de la presente década ha venido marcada por la utilización de las infraestructuras informáticas avanzadas de Cloud Computing, la tecnología que permite el acceso remoto a software, almacenamiento de archivos y procesamiento de datos por medio de Internet, siendo una alternativa a la ejecución en un ordenador personal o servidor local. La acelerada experiencia vivida, ha puesto de manifiesto las limitaciones que provoca la distancia entre los dispositivos personales o profesionales encargados de obtener los datos y los enormes sistemas que los procesan, alojados en la cloud (nube).

Para minimizar las desventajas de esta lejanía y mejorar la eficiencia de los procesos, llega el Edge Computing que es como una nueva capa de agregación de datos, más cercana a los dispositivos de obtención de datos, que permite disminuir las latencias, mejorando la seguridad y haciendo posible procesar más rápido y con mayor precisión los datos en juego.

Con esta nueva arquitectura, los datos ya no dependen de una región cloud distante, sino que hay muchos pequeños y más cercanos nodos de procesado (Edge Nodes), que hacen un primer cribado, enviando solo los más interesantes a la nube. Una vez allí, como la calidad recibida es mucho mayor, es posible centrarse en la información que realmente aporta valor, y obtener resultados más eficientes y rápidos.

Las ventajas del Edge Computing

Como vemos, el Edge Computing consiste en acercar el procesamiento de los datos lo más cerca posible de donde están siendo generados. Es un cambio de paradigma que lo cambia todo. Las funciones son similares, pero como el procesamiento sucede mucho más cerca, la velocidad se dispara, la latencia se reduce y las posibilidades se multiplican. Así, se puede disfrutar de la calidad, seguridad y reducida latencia de procesar en un PC, junto con la flexibilidad, disponibilidad, escalabilidad y eficiencia que ofrece la nube.

La tecnología que lo hace posible

Aquí entra en escena la segunda parte de la ecuación: el 5G y la fibra óptica. Entre sus capacidades, el 5G y la fibra ofrecen reducciones muy altas de latencia. La latencia es el tiempo en el que la información tarda en ir al servidor y volver al usuario. Actualmente, el 4G ofrece de media unas latencias de 50 milisegundos. Con el 5G y la fibra esa cifra baja teóricamente hasta 1 milisegundo. Dicho de otro modo, no solo se acerca el servidor lo más cerca posible a donde hace falta, al borde, también se reduce el tiempo que la información tarda en ir y volver del servidor.

Según fuentes de Telefónica, los despliegues de Edge y 5G se complementan, ya que por un lado el despliegue de 5G proporciona al Edge un acceso de altas prestaciones y habilita las centrales telefónicas, para la nueva arquitectura de red virtualizada, que también pueden ser utilizadas para desplegar servicios e infraestructuras para clientes. Por el otro, los despliegues de Edge proporcionan las capacidades de cómputo y almacenamiento que muchos servicios de 5G requieren.

¿Qué se espera de esta tecnología?

Un estudio de IDC de finales de 2020 apunta a que el mercado mundial del Edge Computing alcanzará los 250.600 millones de dólares en 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 12,5 % durante el período de pronóstico 2019-2024. Otros estudios como el de la firma de investigación Global Market Insights apuntan que el mercado global alcance un valor de U$S 11 mil millones para 2026, registrando una tasa compuesta anual de 29,4% durante el período de pronóstico, en virtud básicamente de iniciativas de fabricación y ciudades inteligentes.

Por su parte, la consultora Gartner augura que para 2025 las organizaciones generarán y procesarán más del 75% de sus datos en el borde, fuera de los centros de datos centralizados tradicionales. Otra previsión de la consultora IDC señala que para 2023 más del 50% de la nueva infraestructura implementada estará en ubicaciones de borde cada vez más críticas, en lugar de en centros de datos corporativos, en comparación con menos del 10% actual.

También se espera que el Edge Computing desempeñe un papel de primera línea en la adopción y funcionamiento de tecnologías aplicadas como realidad aumentada y virtual, vehículos autónomos, IoT, redes de entrega de contenido (CDN) y Nube de próxima generación y juegos de transmisión.

En definitiva, las previsiones apuntan no solo a un importante crecimiento del mercado sino también a que se configure como una de las tecnologías que definirá y revolucionará la manera de conectarse a la red. Afectará, según fuentes de la operadora Telefónica a ‘industrias y sectores como la del coche conectado, los videojuegos, la Industria 4.0, la inteligencia artificial o el machine learning. Permitirá que tecnologías como la nube o el Internet de las cosas sean mejores de lo que son’.

Implicaciones en el día a día y propuestas europeas

En la era post pandemia usuarios, empresas y administraciones se han percatado que el sistema informático basado en los data centers centralizados empieza a flaquear en su tarea de mover las inmensas cantidades de datos capturados por los dispositivos en los bordes de las redes. El número de equipos conectados a Internet y el volumen de datos que producen está creciendo demasiado rápido para que las infraestructuras tradicionales puedan adaptarse, lo que se manifiesta en limitaciones de ancho de banda, problemas de latencia e interrupciones de la red que impiden poner en marcha determinadas servicios con la seguridad necesaria.

En este escenario y para asegurar que los ciudadanos dispongan de los medios que les proporcionen una mayor calificación digital; infraestructuras digitales seguras, eficaces y sostenibles; empresas y servicios públicos digitalizados, ha nacido la propuesta Brújula Digital, que ha presentado recientemente la Comisión Europea y prevé el despliegue de más de 10.000 nodos de Edge Computing en el territorio de la UE de aquí al 2030.

Situación en nuestro país

En España, el despliegue de nodos Edge comerciales han comenzado ya, pero la fase es todavía inicial. Telefónica ha empezado hace casi un año con los nodos en proyectos piloto para casos de uso con 5G, uno de ellos se ubica en Galicia, y además tiene tres nodos comerciales de borde, en Madrid, Barcelona y Sevilla.

Desde la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones se estima que nuestro país se enfrenta al reto de construir unos 1.000 en esta década. Esos nodos externos deberán ser seguros y climáticamente neutros, es decir, que utilizarán energías renovables o compensaciones de carbono.

Esta tecnología no será universal, hay recomendaciones y limitaciones de uso como explican desde Telefónica, que está profundizando en los ámbitos de aplicación. Las empresas también están en fase de análisis, de exploración o prospección.

Las claves operativas y actores de confianza

Los operadores de telecomunicaciones y en especial Telefónica, están bien situados para desarrollar esta oportunidad, ya que disponen de las centrales telefónicas, que se están adaptando para soportar los servicios internos y que también pueden acoger nodos de Edge de terceros, de los accesos de fibra y 5G conectados directamente a estas centrales. Estos entornos son seguros y se puede acceder a ellos sin salir de la red del operador ni acceder a la Internet pública.

Los operadores están en condiciones para ser actores relevantes en el ecosistema de Edge y como apunta desde la operadora: Aunque otros actores de diferentes sectores pueden disponer de localizaciones en las que sería posible desplegar infraestructura de computación en el borde, bien no cumplen los requisitos técnicos y de seguridad necesarios para desplegarla o si lo hacen, no disponen de la conectividad necesaria para satisfacer los estrictos requisitos del Edge.

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