Anticuerpos monoclonales para combatir las variantes de la COVID-19 :: Prensa Ibérica para GSK

Anticuerpos monoclonales para combatir las variantes de la COVID-19

Este tipo de tratamientos pueden tener un rol crucial para salvar vidas, liberar las unidades de cuidados intensivos y tratar a pacientes con COVID-19

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Los virus cambian constantemente a través de la mutación y evolucionan para esquivar la respuesta inmune del cuerpo. El virus va adoptando nuevas formas, incrementando tanto la transmisibilidad como la capacidad de evasión a nuestro sistema inmunitario, y eso provoca que algunos tratamientos o vacunas no resulten tan efectivos como se esperaba en un principio. Desde Reino Unido, Sudáfrica, Brasil hasta Estados Unidos, están apareciendo nuevas versiones del virus que se propagan rápidamente, lo que ha hecho saltar de nuevo las alarmas.

La industria farmacéutica está trabajando a velocidad de crucero para desarrollar nuevas herramientas que ayuden a combatir la COVID-19 y sus variantes. Cada día cuenta, y el tiempo es muy importante a la hora de encontrar todas las potenciales soluciones. Gracias a este trabajo constante, además de las vacunas, actualmente existen alrededor de 61 fármacos de tratamientos candidatos como antivirales, anticuerpos monoclonales, antihipertensivos, antiinflamatorios, inmunomoduladores, antitrombóticos y esteroides en las últimas etapas de desarrollo, así como cerca de 3.000 ensayos clínicos en todo el mundo que exploran potenciales terapias para el tratamiento de pacientes con COVID-19. Uno de esos tratamientos son los llamados anticuerpos monoclonales (mAbs).

GSK, en su misión de “0 hospitalizaciones por COVID” ha fortalecido su respuesta ante la pandemia y la aparición de las distintas variantes, con un fuerte compromiso de investigación y desarrollo de nuevas terapias, apostando por los anticuerpos monoclonales como tratamiento para combatirlas.

¿En qué consiste el tratamiento con mAbs?

Los anticuerpos monoclonales se producen o se clonan a partir de células inmunitarias en un laboratorio y, al estar dirigidos frente a antígenos específicos, ayudan a nuestro sistema inmunitario a combatir enfermedades como la COVID-19 y sus distintas variantes.

A diferencia de las vacunas, este tipo de tratamiento combate directamente las infecciones sin esperar a que nuestro sistema inmunitario responda al virus. Está diseñado para prevenir la infección adhiriéndose a la proteína S del SARS-CoV-2 y neutralizando el virus. En otras palabras, su objetivo es bloquear la entrada del virus en las células sanas para que no pueda replicarse y eliminar las células infectadas.

GSK, afianzando su compromiso en la búsqueda de soluciones para frenar el virus, ha trabajado de la mano de Vir Biotechnology en el desarrollo de estos mAbs para tratar el virus.

“Este tipo de tratamiento ya está siendo utilizado (muy ampliamente) en Estados Unidos y en otros países de Europa como es el caso de Alemania, Italia o Reino Unido. Hay cientos de miles de casos tratados a nivel mundial que están funcionando con excelentes resultados”

Doctor Rafael Cuervo, responsable médico de GSK en España de tratamientos para la COVID-19.

¿A quién van dirigidas este tipo de terapias?

El abordaje actual de la COVID-19 tiene diferentes fases, que van desde la prevención mediante las vacunas (es la fase más precoz, ya que trata de evitar la infección o disminuir al máximo las complicaciones), hasta una fase más avanzada y crítica de la enfermedad. Pero existe una etapa intermedia, que no es tan temprana ni tan crítica. En ese espacio de tiempo en el que la infección es todavía inicial, hay ciertos pacientes de riesgo que tienen más propensión a complicarse que otros (personas que tienen una serie de circunstancias, como una edad avanzada, diabetes, obesidad, enfermedad renal crónica, cardiovascular, respiratoria o pacientes inmunosuprimidos, y que les hacen tener más probabilidades de que la enfermedad progrese). Cuando estas personas se infectan precozmente, necesitan un tratamiento que impida que la infección progrese.

Según señala Pere Llorens, jefe de servicio de urgencias del Hospital General Universitario de Alicante e investigador en un ensayo clínico con un tratamiento experimental para la COVID-19 (ensayo COMET-PEAK), “Actualmente tenemos pocas alternativas terapéuticas destinadas a pacientes con infección moderada, dentro de los ensayos clínicos realizados hasta el momento, que marquen una mejoría de la propia mortalidad y la hospitalización; y, es lo que aportan los monoclonales frente a otros fármacos”. Además, añade: “Nuestra experiencia frente a este tipo de tratamientos, que ya hemos aplicado en mi servicio, ha sido muy positiva y satisfactoria. Siendo de dosis única, son muy bien tolerados por los pacientes y se ha observado una mejoría clínica rápida”.

“No solo es importante la investigación de los casos de pacientes graves, sino también la de aquellos que presentan infección moderada y que pudiesen empeorar su pronóstico frente a la Covid-19. Este nicho es la principal diana de los anticuerpos monoclonales”

Pere Llorens, jefe de servicio de urgencias del Hospital General Universitario de Alicante e investigador en el ensayo COMET-PEAK.

“Uno de los anticuerpos monoclonales que estamos desarrollando en GSK se extrae de un paciente con SARS-CoV-1 y es capaz de neutralizar también al SARS-CoV-2. De esta forma, se consigue un anticuerpo que se une a una zona del virus con poca variabilidad, por lo que tiene una alta barrera a la resistencia. Por lo tanto, mantiene su capacidad neutralizante frente a todas las variantes existentes y previsiblemente la seguirá teniendo frente a futuras variantes que pudieran aparecer, con lo cual, su efectividad es extensible y duradera en el tiempo”

Doctor Rafael Cuervo, responsable médico de GSK en España de tratamientos para la COVID-19.

La COVID-19 nos acompañará en el largo plazo

Históricamente muy pocos virus han desaparecido por completo. Por mucho esfuerzo e investigación que se produzca, la mayoría de expertos coinciden en que es muy probable que debamos aprender a convivir con este virus a largo plazo. La COVID-19 bien podría convertirse en una enfermedad endémica, como ha ocurrido con la progresión natural de muchas otras infecciones. No obstante, en este nuevo escenario los profesionales sanitarios cada vez dispondrán de un abanico más amplio de herramientas, desde vacunas cada vez más eficaces hasta tratamientos para todas las fases de la infección. Todo ello para evitar una posible sobrecarga en el sistema sanitario y llegar al punto en el que este virus deje de ser una preocupación que nos afecte a nuestro día a día.

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