Ahorro en tiempos de incertidumbre económica

Ahorro en tiempos de incertidumbre económica

Gracias a la previsión, muchas familias españolas han podido superar, no sin dificultades, la recesión financiera causada por la pandemia de la covid-19

por Anna Solà

Sea o no consciente, todo el mundo tiene una relación estrecha con la economía. Más allá de la comprensión de los datos macroeconómicos y de estadísticas, esta tiene un componente vital en nuestras vidas y en nuestras acciones, además de ser el motor del desarrollo económico y social. En la compra del mes, en las horas de trabajo, en el uso de un servicio, o en el transporte de un lugar a otro, la economía está en todos sitios más allá de lo evidente, el intercambio económico.

Teniendo en cuenta su peso central, la educación alrededor de la gestión económica se ha convertido en una herramienta imprescindible para tomar buenas decisiones a lo largo de las diferentes etapas de la vida. “El conocimiento nos hará libres”, rezaba Sócrates; sin ir más lejos, la adquisición de cultura financiera nos permite actuar de forma sensata y libre de los intereses de grandes empresas y bancos en el momento que debamos tomar decisiones económicas.

Además de optar por el mejor camino para según nuestros intereses, la educación financiera es clave en los momentos de crisis o incertidumbre: el conocimiento de las distintas opciones y el énfasis en la previsión y el ahorro que hace esta nos ayudan a sortear los obstáculos que encontremos.

La primera lección: el ahorro

La tasa de ahorro de los españoles en el 2019 subió hasta el 7,4%, la cifra más alta desde el 2013 según el Instituto Nacional de Estadística. Aunque son cifras que aún se mantienen lejanas a las del resto de Europa, parece que una gran parte de hogares del país han tomado consciencia de la primera lección de la educación financiera, el ahorro, consistente en guardar una parte de los ingresos para gastar en el futuro. Bien empleada, esta maniobra económica permite acumular liquidez y tomar las riendas de la economía doméstica a medio y largo plazo.

La tasa de ahorro depende de la confianza que tengan los hogares en el futuro, es uno de los indicadores de la solidez financiera de los ciudadanos y no está únicamente vinculada con el nivel de prudencia y cultura financiera. Tiene una relación cercana con el nivel medio de los sueldos, la tasa de paro, el nivel de inflación, el coste de la vivienda y los suministros y el nivel impositivo.

Junto con el ahorro, las cuestiones pendientes de la educación financiera son la planificación de la jubilación, la compra de productos financieros de inversión y la selección correcta de créditos e hipotecas. La cultura financiera facilita la capacidad de administrar los recursos, avanzar hacia los objetivos financieras y controlar los gastos e ingresos hasta el punto de poder equilibrarlos. Además, más allá de los beneficios que la educación financiera supone para los bolsillos de los ciudadanos, la economía de cada país también se ve favorecida gracias a la estabilidad que supone.

La covid-19: un reto sanitario y económico

La covid-19 ha afectado la salud y la vida de muchas personas. Y el estado de alarma ha ralentizado la economía y ha afectado el estado financiero personal de muchos españoles, a través de la recesión de la actividad, los miles de despidos y los ERTEs aplicados. Una situación sensible que ha causado la caída de los ingresos de hasta nueve millones de españoles, les ha obligado a reconsiderar sus gastos y a tener que pagar las facturas con el dinero que habían ahorrado tiempo antes.

Un estudio apunta que el 61% de los españoles han reducido su gasto durante el confinamiento. Muchas personas que aún no lo hacían han empezado a ajustar los gastos que tienen para conseguir un pequeño colchón económico de cara a próximas inestabilidades financieras, teniendo en cuenta además que una parte del consumo privado relacionado con las actividades de ocio ha estado limitado y aún lo estará durante unos meses.

El choque inicial de la pandemia, los retos múltiples que presenta la nueva normalidad y un futuro incierto han despertado el interés de la sociedad hacia la educación financiera y han puesto el acento en la consciencia del ahorro para evitar situaciones imprevistas, como las que han sucedido este año. El proceso de planificación y organización del ahorro se ha convertido en una parte imprescindible para conseguir su solvencia económica y, a partir de este paso poder reducir gastos. Otra opción muy común ha sido la apuesta por productos financieros dedicados al ahorro, como los depósitos y las libretas de ahorro, a la previsión, como los seguros, y, con la vista puesta en el futuro, los planes de jubilación individuales o de empresa. Sin duda, hay tantas alternativas como perfiles de ahorradores.

Sea como fuere, gracias al ahorro y a la previsión en materia económica, muchas familias han conseguido dar la vuelta a esta situación de incertidumbre sanitaria, social y financiera y seguir adelante. Sin embargo, no todas las familias han tenido o tienen capacidad de ahorro, por lo que la administración debe garantizar mecanismos para revertir, entre todos, el parón económico que ha supuesto la covid-19.

Más información de nuestro proyecto de educación financiera.

compartir