No vamos a hacer ningún spoiler. No vamos a contar quién es Antonia Scott y por qué es tan especial. No vamos a contar en qué consiste el proyecto Reina Roja. Es el plan de Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977) y vamos a intentar cumplirlo al pie de la letra. Tarea difícil, hablar sin ir demasiado lejos de la nueva novela del autor español más vendido en todo el mundo en formato digital, la coletilla que acompaña al escritor madrileño desde que publicara hace ya algunos años, en 2006, Espía de Dios. Merecida coletilla, desde luego, cuando se comprueba que entrega a sus lectores lo que quieren. No son pocos quienes compran sus títulos (Contrato con Dios, La leyenda del ladrón, Cicatriz... y tantos otros que merecen una relectura) en formato de papel y digital y que han tenido que aguardar tres años para que por fin viera la luz su última obra. Un periodo en el que Gómez-Jurado, además de producir literatura juvenil con entregas de la saga de Alex Colt y de Rexcatadores y participar en varios podcasts de cine como Aquí hay dragones, Todopoderosos, Cinemascopazo y, desde hace un par de semanas, Seriotes , se sumergió en la creación de los personajes de Reina Roja. Antonia, Mentor, Jon, Parra, Carla Ortiz... y más nombres de un elenco que protagoniza una historia (Sí, es un thriller) trepidante, contrarreloj, contemporánea y que deja a su lector con la sensación de que las casi 600 páginas anteriores han sabido a poco.

Reina Roja podría transcurrir en Chicago, en Nueva York, o en aquellas ciudades lejanas, normalmente estadounidenses, en las que ocurren grandes y terribles crímenes. «Estamos tan apabullados por las historias que vienen de Estados Unidos que pensamos que todo lo nuestro huele a fritanga... y no es verdad», reconocía el propio Gómez-Jurado la pasada semana en una entrevista concedida a La Opinión de Málaga con motivo de la presentación y firma de ejemplares de su libro en Fnac. La novela, que en algún momento puede recordar a Seven, la película de David Fincher, transcurre mayoritariamente en Madrid, en un pequeño homenaje de su creador a su ciudad. Esa ciudad de la que todo el mundo es aún sin haber nacido allí, como le ocurre a la gran mayoría de los personajes, y como le ocurre al cantautor español que más y mejor ha retratado la capital del país en sus canciones y que, sin quererlo, aparece esporádicamente en Reina Roja por obra y gracia de Juan Gómez-Jurado. Intenten encontrar los huevos de pascua de la novela que contienen casi una veintena de estrofas del único y jienense Joaquín Sabina. No son los versos sabineros las únicas referencias que pueden encontrarse durante una novela llena de referencias cinematográficas y televisivas y que no tiene, desde el inicio, un momento de respiro. Ni los flashbacks ralentizan un poco el ritmo y la velocidad de una historia que nos acerca inexorablemente hacia el final, sea el que sea. A eso ayuda, en primer lugar, una estructura compuesta de capítulos breves e intensos enmarcados en tres partes y, en segundo lugar, al estilo narrativo de su autor, que reconoce esas referencias antes mencionadas. «No contamos las historias de la misma manera que en el siglo XIX», afirma no sin razón. «Cuando escribo algo, intento que al lector le lleguen determinadas emociones que yo he recogido del cine o de las series de televisión, porque la forma de contar las historias ha cambiado», argumenta quien rechaza elegir entre cine y literatura, quien admira la radio como medio de comunicación imperecedero y quien pone al lector en el centro de su obra, obteniendo así el éxito cosechado durante casi una década, y así lo atestiguan las multitudinarias firmas de libros que llevan sucediéndose desde el lanzamiento de Reina Roja hace menos de un mes, el 8 de noviembre, fruto de la admiración que Gómez-Jurado despierta entre sus seguidores, de toda clase y condición y, por qué no decirlo, de la intensa campaña publicitario que el propio autor hace en Twitter, un canal que considera maravilloso y fundamental para conocer a su público.

Si hay alguien ahí fuera que aún no se haya hecho con Reina Roja, sea en el formato que sea, no podemos decirle qué pasa con Antonia Scott al final del libro. Tampoco podemos decirle si ésta es su historia completa o si, por el contrario, esto no ha hecho más que empezar. Solo queda invitarle a subir la escalera e iniciar una carrera trepidante, lleve a donde lleve. Eso, solo lo sabe Juan Gómez-Jurado.