Entre los enigmas de la Literatura apunten este: el olvido en el que se ha encontrado la novela de Robert Louis Stevenson Secuestrado.

Defendida por Chesterton, Henry James y Jorge Luis Borges, bien podría formar una trilogía de obras mayores junto con La isla del tesoro y El extraño caso del doctor Jeckyll y Mr. Hyde o cuando menos, aspirar a situarse no muy lejos de ellas.

Para que el lector español evalúe la calidad de esta entretenidísima novela de aventuras, la editorial Alba acaba de publicarla con la traducción de Catalina Martínez Muñoz. Fue escrita en 1886, tres años después de La isla del tesoro y el mismo año que las andanzas del doctor Jeckyll. Con un doble título original, Secuestrado o el el chico del botón de plata, fue publicada por entregas originalmente entre mayo y julio de 1886 en la revista infantil Young Folks Paper, la misma en la que publicó La isla del tesoro y La flecha negra. Stevenson llegó a revisar el texto en 1892, cuando salió en forma de novela y hasta escribió una secuela, Catriona, publicada como novela en 1893.

Y no merece el olvido Secuestrado porque su protagonista, el joven David Balfour, es una suerte de Odiseo escocés del siglo XVIII que cambia el Mar Mediterráneo por las Tierras Altas de Escocia, después de encallar en sus costas. Como el astuto Odiseo, el joven Balfour vivirá mil y una aventuras antes de regresar a su patria y vengarse de quien se aprovecha de su patrimonio. El trayecto homérico es similar pues aunque el joven no se cruce con sirenas, porqueros ni magas, deberá sortear muchos peligros a lo largo de la mayoría de la trama.

Stevenson recrea con pasión una Escocia agreste en la que el poder inglés no ha llegado a asentarse del todo y una parte de la población (los jacobitas) se levanta para apoyar a los Estuardo. Sin embargo, hay páginas en las que, más que los dos protagonistas casi únicos de la novela, el verdadero protagonista es esa Naturaleza indómita de las Tierras Altas.

En mitad de estos levantamientos dinásticos, un joven engañado por la figura marcadamente dickensiana de su tío, que le mete en un serio problema en el inicio novela. Lo que seguirá es el regreso de este Odiseo escocés a su patria.

Stevenson escribe con brío y conduce al lector por los turbulentos arroyos narrativos de su tierra natal. En sus breves páginas Secuestrado aborda cuestiones inmortales como el fundamento de la verdadera amistad, puesta a prueba en cada página y en cada risco.

Pura calidad y pura aventura. Ya es hora de que las hazañas de David Balfour suban peldaños en la valoración de la obra del gran escritor escocés.