Libros como este hacen sentir el vacío que asedia el baluarte de la creación. No es algo visible ni tangible, aunque posea unas formas bien patentes; es una sensación perceptible sólo por el espíritu. La nada a la que Ende enfrentaba sus criaturas; una tiniebla insondable de fastuoso fulgor; algo denso, pesado, amniótico. Es el mercado, amigos: ese lugar donde la expresión creativa que fluye de lo más profundo del ser no tiene cabida. Por eso este libro está reservado a todos aquellos que aún son capaces de contemplar la resquebrajada torre de marfil de la Literatura. Huyan, pues, de él los idólatras de la rutina; bienvenidos los rebeldes de la posmodernidad. Clara Janés les ofrece una generosa ración de Arte.

Se titula Kamasutra para dormir a un espectro. Pero podría portar cualquier otro título, porque lo que la escritora reúne en este volumen abarca diferentes ejercicios creativos realizados entre 2013 y 2017, engarzados con precisión de orfebre para mostrar ese viaje hacia los confines del alma que sólo quienes son capaces de penetrar con la mirada la dura piel de la realidad pueden emprender.

Janés se muestra más audaz que muchos de los que alardean de esa cualidad, desplegando su personal estilo en una combinación de géneros para construir un discurso sublime. La poesía adquiere en sus manos una versatilidad extraordinaria, impregnando hasta los textos más anecdóticos de un crisol de sensaciones que revelan la enorme intensidad de sus sentimientos. Alquimista del lenguaje, Janés arrulla las palabras para ganarse su favor y así definir con precisión la arquitectura de su poética, alcanzando una intensidad expresiva que refuerza la belleza de sus composiciones. Prosa poética, versos libres, sonetos, reflexiones... todo contribuye a ese festín de los sentimientos que la escritora ofrece en esta obra. Y todo en pos de una exploración del YO creativo, en busca de las claves que desentrañen el enigma de la existencia a través del amor. Janés se hace acompañar para ello de una expedición de voces arcanas que aportan su sabiduría para que el viaje arribe a buen puerto; un coro que resuena bajo las magníficas bóvedas de este fastuoso edificio literario, creando una atmósfera de recogimiento que permite disfrutar de ese amor que destila su obra.

El presente volumen se compone de dos composiciones, El color prohibido y Kamasutra para dormir a un espectro, más un apéndice que recoge una selección del poemario El jardín de las delicias, y una apostilla que incluye un Minimo canzoniere compuesto de nueve poemas. La primera obra es una suerte de miscelánea con textos de diversa procedencia y naturaleza, desde reflexiones, sueños y anécdotas, y una serie de sonetos de enorme intensidad y belleza; la segunda, que da título al libro, incluye una peculiar introducción en la que la autora presenta a su simetría espiritual, Aralk, con el que pondrá en práctica el recetario amatorio de sutil plástica, acompañado por las imágenes inspiradoras realizadas por José Antonio Sistiaga, y un epílogo a modo de conclusión en el que detalla la sublime unión de ambos amantes, para cuya celebración emplea el estallido emocional repartido entre el apéndice y la apostilla.

Puede servir esta obra como un recorrido por la personalidad literaria de Clara Janés, sin ser una antología ni mucho menos, sino más bien una celebración de los sentimientos expresados por un erotismo sereno, contemplativo, aunque no exento de la necesaria intensidad indispensable en el intercambio de pasiones