En Cereiro, una pequeña aldea gallega, hay una santa, Santa Mariña, venerada por toda la comunidad. Ese es el presupuesto básico de la novela de Manuel Gago titulada Ángel negro, Estamos a finales de 1981, las leyendas sobre cómo llegó la imagen a la costa gallega pasan de generación en generación; el pueblo, que también está traumatizado por un luctuoso y cruel hecho de guerra, recela de la Guardia Civil, mantiene una tensa relación con el cura, don Ricardo, y está apegado a sus tradiciones en un mundo que se transforma, que va desde la dictadura a la democracia con los raíles cada vez más ajados. En Galicia, las riquezas culturales de las parroquias están siendo expoliadas con el silencio cómplice de los agentes y la connivencia de la Iglesia, que a caballo de las doctrinas del Concilio Vaticano II, trata de abrazar la espiritualidad desprendiéndose de sus riquezas. En medio de ese vendaval, desaparecerá la Santa Mariña, lo que llevará a los vecinos más prestigiosos y queridos del lugar a encargar su recuperación a Nicolás Bren, un marino mercante estudioso de la historia de la zona; y a Andreu, un catalán que lleva años en Galicia y que se gana la vida con su bar y con el contrabando de tabaco.

A partir de ahí, Bren y Andreu irán descubriendo sorprendentes hechos presentes y pasados sobre la historia de la localidad y sobre las altas implicaciones de la trama que desposee a las iglesias rurales de sus joyas románicas; conoceremos al oscuro don Servando, cura rural que no se dedica precisamente a administrar las almas de sus fieles; o a Encarna Baamonde, una bella historiadora del arte muy bien relacionada con la Iglesia; pasearemos por el Cereiro medieval y su vinculación un conde, mensajero y amigo de Juan de Austria, impulsor del monasterio y de la iglesia que acogía a la Santa Mariña y pasearemos por los episodios en los que Francis Drake y otros corsarios británicos acosaban la costa española.

Con un gran pulso narrativo, el periodista gallego Manuel Gago, profesor y enamorado de la cultura de su tierra, que difunde con gran ahínco en la plataforma culturagalega.org, teje todo un thriller rural en el que lo parece no siempre termina de ser y en el que la realidad se muestra como una consecuencia cierta del pasado; en el que las leyendas del terruño y la historia van conformando cada vez, de forma más contundente, el trasfondo narrativo de la novela y en el que se pinta, de forma muy acertada, con mimo casi, el alma inmortal de la Galicia que todos amamos. Cabe destacar lo bien trabajado y documentado que están los lances históricos de este trabajo de ficción, la hondura y personalidad de los diferentes caracteres que se agitan en esta historia, en la que la comunidad rural gallega es, sin duda, el gran personaje.