El autor estadounidense Michael Connelly ha convertido a su personaje Harry Bosch en todo un clásico de la novela policiaca actual. Desde su primera aparición allá por 1992 y con más de 20 novelas ya a sus espaldas, este agente y detective de la policía de Los Ángeles lo ha vivido prácticamente todo, aunque en cada nuevo libro Connelly se las ingenia para descubrirnos nuevas facetas de un personaje realmente fascinante. Y eso a pesar de que Bosch es un tipo de lo más corriente, muy alejado del estereotipo cinematográfico de «poli» heroico, un veterano de mil batallas que sigue en pie a pesar de los zarandeos y hachazos que te da la vida. Con el paso de las novelas y de los años hemos visto al personaje en innumerables avatares: fue suspendido varios años de su empleo en la Policía por una investigación de Asuntos Internos, descubrió la existencia de un hermanastro abogado, trabajó como investigador privado, se ha jubilado y, en su papel de padre, ha luchado como ha podido para que la relación con su hija (estudiante de Universidad en su última novela) no se fuera al garete. En definitiva, lo hemos visto vivir y envejecer, curtiéndose con los años pero sin dejar de ser el Bosch de siempre, un policía honesto, con vocación de solitario, al que le gusta su trabajo y que mantiene su esperanza en poder mejorar el mundo, pese a una cierta coraza cínica.

Connelly, que comenzó su trayectoria como periodista de sucesos, siempre ha comentado que fueron los relatos de Raymond Chandler y su detective Philippe Marlowe los que acabaron arrastrándolo al mundo de la literatura y lo cierto es que, pese a las décadas de diferencia y los cambios que ha experimentado Los Ángeles desde los años 40, hay algo de semejanza en el espíritu de sus personajes protagonistas: almas idealistas que se enfrentan a un mundo de corrupción presidido por la búsqueda del dinero y del poder, lo que siempre deriva en crímenes, marginación e injusticia. Es a ese ingente grupo de perdedores al que Harry Bosch, desde su modesto empleo, trata de hacer algo de justicia, aunque sólo sea metiendo entre rejas a los culpables. Las historias que Connelly escribe están muy alejadas del mundo irreal de Hollywood y nos llevan más bien a la realidad de las calles de Los Ángeles, con toda su diversidad de gentes. Además, la formación profesional del autor le permite enlazar unas historias perfectamente documentadas sobre el funcionamiento del cuerpo de Policía y los tribunales californianos.

El último libro protagonizado hasta la fecha por Bosch es 'Las dos caras de la verdad' (Editorial ADN, 2019), buen ejemplo del estilo del escritor, que siempre busca poner de manifiesto los grandes problemas a los que se enfrenta EEUU como sociedad. En esta novela encontramos al ya jubilado detective trabajando en casos abiertos para el Departamento de Policía de San Fernando. El asesinato de dos personas durante un aparente atraco en una farmacia local lo pone sobre la pista de un entramado mucho más oscuro y de triste actualidad en los últimos años: el lucrativo negocio montado en torno al abuso de fármacos, con multitud de personas enganchadas como yonquies a su consumo. Bosch optará por infiltrarse en una red de traficantes para acabar con una trama de tráfico ilegal de pastillas. Pero no será éste el único foco de interés de la novela. Al mismo tiempo, nuestro expolicía tendrá que enfrentarse a las acusaciones de un asesino al que metió en la cárcel hace años y que le acusa de haber manipulado pruebas durante el caso. Todo un cóctel explosivo que enganchará de nuevo a los lectores más fieles de las andanzas de Bosch y que animará al neófito a empezar a recuperar novelas de una saga que sigue gozando de muy buena salud.