«En otro tiempo fui una chica, pero ya no lo soy. Huelo mal. Tengo sangre reseca y costras por todo el cuerpo, y llevo la tela de la iro hecha jirones. Mi interior, una ciénaga. Me precipito por este bosque que vi aquella primera noche horrenda en la que nos raptaron en el colegio a mis amigas y a mí». Las palabras son de Maryan, la voz anónima, pero real de la chica que ha escogido Edna O’Brien para iniciar el relato de La chica por integrantes del grupo terrorista Boko Haram en Nigeria y sometidas a las mas horrenda vejaciones.

A los 88 años, Edna O’Brien, que inmortalizó su nombre para la literatura con títulos como Las chicas de campo, ha viajado a Nigeria, y durante meses ha compartido vida y sueños con algunas de las niñas que lograron escapar, con sus familias (en los casos en los que no fueron repudiadas), con su entorno social y ha dado a la luz un texto valiente y escalofriante sobre este terrible caso.

El 14 de abril de 2014, militantes del grupo terrorista Boko Haram irrumpieron en una escuela en la ciudad de Chibok, en el noreste de Nigeria, y secuestraron a 276 niñas. En los meses y años subsiguientes, algunas decenas lograron escapar, fueron rescatadas o liberadas mediante negociación; más de cien siguen desaparecidos, sus nombres e historias desaparecieron hace mucho tiempo de los titulares. Al menos dos millones de personas han sido desplazadas por la facción, y decenas de miles de personas muertas o heridas. Los hechos y las cifras apenas pueden transmitir el horror humano de la atrocidad:

En su asombrosa novela nueva, O'Brien prueba la capacidad de la ficción para sondear, a través del lenguaje, la empatía y la imaginación, lo que los reportajes no pueden traducir. Lo pone en boca de Maryam, que en un diario escrupulosamente oculto, apunta los detalles de lo que soporta, registra las pesadillas que tiene mientras duerme y también despierta. Su realidad es desgarradora, ya que describe un secuestro brutal, la mutilación genital, violaciones repetidas, un matrimonio forzado, un parto doloroso, una huida aterrorizado a través del bosque, la desconcertante lejanía de la familia. y amigos y funcionarios, la angustia de creer que su bebé está muerto y, siempre presente, caos, hambre, miedo, y dudas. Y es una niña.

Todo lo que O'Brien ha hecho de manera memorable a lo largo de sus novelas, ella lo hace ahora aquí. A los 88 años, O'Brien parece no tener más miedo al experimento y al riesgo que nunca.

O’Brien debutó con Las chicas de campo que contaba los anhelos sexuales de las buenas chicas católicas irlandesas a las que sus compatriotas estaban acostumbrados, fue prohibida y quemada de inmediato en Irlanda. O'Brien escandaliza por otros medios ahora. Pero este libro es, en esencia, una memoria de miseria sobre las cosas terribles que se hacen a mujeres y niñas en nombre de la religión. Esto no es algo ajeno a O'Brien.

En La chica, Edna O'Brien ha puesto de manifiesto la horrible realidad de una historia global de que todos fuimos consciente pero probablemente difícil de imaginar en la realidad. La chica es un grito, el de Edna O'Brien, o más exactamente el de Maryan, su heroína, una historia tan impactante y atroz como hermosa.