Mas de 40 años después de su primera edición Nórdica Libros reedita 'El río', una pequeña joya pulida por el genio de Ana María Matute, este vez acompañada por las hermosas ilustraciones de Raquel Marín.

'El río', escrita por Matute en 1975 y que, según aseguró ella misma, es «mi único libro realmente autobiográfico», contiene cuarenta y nueve relatos cortos en los que se recogen, los recuerdos de niñez de la escritora, durante sus estancias veraniegas en Mansilla de la Sierra, un viejo pueblo riojano, actualmente desaparecido bajo las aguas embalsadas del río Najerilla. Once años después de su último verano, la escritora volvió al nuevo Mansilla y encontró que «el pantano ha cubierto ya el viejo pueblo€ está ahogado». En esos recuerdos, la escritora evoca ese pueblo perdido, con el deslumbrar de sus casas blancas, donde no había cine, aún no había llegado la televisión y apenas algún periódico.

En 'El río' Matute cuenta lo que vivía en su niñez, recuerdos en los cuales comparte memorias, y paisajes de la naturaleza de Masilla de la Sierra. «Yo recuerdo el río, limitando el prado, con sus anchas losas cubiertas de liquen y de musgo; los juncos tiernos, las flores blancas, moradas y amarillas, las pequeñas 'matas del jabón'.....».

Es un mundo donde la magia y la fantasía se aunan para hacer realidad los recuerdos.

Pero sobre esa fantasía mágica sobrevu ela un trabajo extraordinario de Matute donde relaciona y compara la naturaleza con la vida y la muerte. Todos los niños, los ancianos, los hombres y mujeres, los pájaros, los insectos, y los árboles llegan a un final. En 'El río' todo ser humano y la naturaleza viviente llegan a su fin, o mejor dicho les llega la muerte, donde, para la escritora, todo termina.

El río, es también esa metafora tan sugerente del camino de la vida. En 'El río', Matute revela la inocencia en la cual los niños viven; una inocencia que muere al salir de la niñez y al entrar en la adolescencia . Los relatos están llenos de ejemplos en los que vemos la inocencia, y podemos compararla con la naturaleza y la muerte.

Matute usa la muerte, la naturaleza, y la inocencia como elementos principales para recordar todos los recuerdos y memorias de aquel mundo mágico que se encuentra alrededor del río, que cuando cierra los ojos, « lo veo intacto como un milagro».