Quienes descubrieron a Pedro Mairal recientemente están de enhorabuena. Y quienes aún no lo conozcan, tienen una oportunidad para adentrarse en su universo. Destino ha publicado 23 cuentos del escritor argentino en un libro titulado 'Breves amores eternos'. Desde que se separa su cubierta, en sus primeras páginas se hace reconocible el estilo que elevó al éxito internacional al autor bonaerense con su novela 'La uruguaya'. Sin ir más lejos, la protagonista de la primera historia es una mujer del país vecino de Argentina y ante el guiño se puede corroborar cierta percha o reclamo como el que ya se proclama en la faja promocional que alude al best seller como una obra del mismo literato.

En la literatura de Pedro Mairal, la pulsión sexual y las atracciones más irrefrenables vuelven a erigirse en revulsivos que despiertan a sus personajes del letargo que implica el anquilosamiento en los hábitos más rutinarios. En este conjunto de cuentos, esa batalla del sexo furtivo y los deseos incorrectos contra la rutina se libra doblemente. Por un lado, sirve de nutriente argumental y temático para los 11 relatos que integran un primer bloque titulado 'Breves amores eternos', como el propio libro con el que el autor bonaerense ha irrumpido en una colección tan legendaria como Áncora y Delfín, con la que la editorial Destino camina hacia los 1.500 títulos. Y, por otra parte, la estructura de este volumen se presta a una dicotomía en la que reina, precisamente, un contraste entre la adrenalina de la pasión y el cauce pausado de lo cotidiano.

De hecho, en el otro de los dos grandes bloques -denominado 'Hoy temprano'- se aprecia un cambio de ritmo y una diversidad temática que se aleja de aquel festín de sexo, amores prohibidos y desengaños inolvidables que venía sacudiendo al lector. De repente, el lado salvaje desaparece y los frentes que abre la vida cotidiana se apoderan de un terreno literario algo diferente, a través de la docena de cuentos que completa el recorrido. Es, entonces, cuando la mentira o la media verdad de las infidelidades dan paso a otro tipo de realidades -no precisamente pulcras- en las que en función del leitmotiv de cada cuento afloran la amistad, la paternidad, la muerte, el arte, la condición humana o los ciclos cotidianos como renovados ejes.

No obstante, la capacidad de Mairal para captar los viajes interiores del ser humano y retratar a las personas como imperfectos seres de carne y hueso es, al fin y al cabo, el nexo que mantiene como un cordón umbilical cierta cohesión entre los 23 cuentos. Todos estos relatos son distribuidos, al mismo tiempo, de un modo que mantiene un orden palpable y dota de sentido la sucesión de historias. Es cierto que la cadencia va disminuyendo con la pérdida de ritmo que se da al pasar del primer al segundo bloque y, sin embargo, la lectura se mantiene como un ejercicio cómodo que ya en su recta final reclama los trances más calmados que lanzan sus páginas.

Además, para el final se han dejado las historias más extensas, de modo que la última de todas ellas, 'La virginidad de Karina Durán', desgrana con amplitud el secreto mejor guardado como su propio título sugiere.