Cada número de 'Litoral' -el último sobre la moda también- despliega la belleza y el proceso de búsqueda de la excelencia que le son inherentes a la revista. Esta entrega concreta, la número 268 de esta publicación casi centenaria, vuelve a situar al lector en el inconfundible universo de 'Litoral' desde su primera mirada. Desde la fotografía 'Chicas en las ventanas', firmada por Ormond Gigli en el Nueva York de 1960, que seduce a quien pasa la cubierta. O también desde el editorial con el que su director, el artista Lorenzo Saval, traza como de costumbre una personalísima hoja de ruta: «Pero quizás sea Saint Laurent el que mejor haya vestido a la mujer, al decir que la prenda más bella que puede llevar son los brazos del hombre que ama. Esperemos que eso nunca pase de moda».

En esta ocasión, la habitual sucesión de artículos de destacados expertos sobre la materia que se trata -o en relación a otras disciplinas culturales- se ve salpicada por fragmentos literarios que recurren de forma acertada al legado de Charles Baudelaire o al idilio con lo breve y el humor de Ramón Gómez de la Serna. Y, una vez más, la suculenta antología poética arroja una infalible capacidad para recopilar versos de grandes poetas consagrados a las cosas más insospechadas. En este caso, valen como muestras el botón de José Luis Cano, el erotismo de las cremalleras al que le canta José Manuel Caballero Bonald, los maniquíes de Guillaume Apollinaire o la ropa limpia que tiende al mediodía Josep María Rodríguez bajo la foto Colada al viento, realizada en 1947 por Henk Jonker.

En definitiva, son numerosos los detalles que en sus páginas desafían a Coco Chanel y a su máxima de que «todo lo que está de moda pasa de moda». De hecho, corren los años y la mítica 'Litoral' sigue ahí desmelenada de vigencia, vanguardia y modernidad.