'Resurrección' es la última gran novela de Tolstói y la última que publicó en vida. Reino de Cordelia nos la presenta ahora con la edición a cargo de Víctor Andresco, que se ha encargado de traducirla y presentarla en una completa introducción.

Para muchos lectores, se trata de su tercera gran obra maestra, después de 'Guerra y Paz' y de 'Anna Karenina' y el símbolo más logrado de la revolución espiritual del propio autor, a quien podemos seguir, a través de esta novela, en su deseo de renovación de todas las estancias administrativas y espirituales de la Gran Madre Rusia.

No en balde, su publicación causó en su día un gran revuelo y en pocas ocasiones, puede ponerse de ejemplo una novela como acitate de conciencias de un país. Todo eso es 'Resurreción', a través del cambio que experimenta un señorito bien -valga la redundancia-, el príncipe Nejliúdov, cuando trate de enmendar un error de juventud que arrastró a la perdición a la otra protagonista, Katiusha Máslova.

Como hizo Chéjov con su informe sobre las islas Sajalín, 'Resurrección' es también un mazazo con el que Tolstói aniquila no solo el sistema penitenciario ruso y el sistema judicial sino todo el entramado social de su tiempo, el final del siglo XIX, en el que la desaparición de la esclavitud no ha acabado con la vida semiesclavizada de los campesinos y las clases bajas.

Como concluye el príncipe en un lance de la novela: «No podía ser que todas las palabras sobre la justicia, el bien, las leyes, la fe, Dios, etcétera, fueran tan solo palabras y encubrieran el interés y la crueldad más brutales». Esta la tesis principal de 'Resurrección', que precisamente con la 'resurrección' en vida del príncipe Nejliúdov, Tolstói quiere dejar una puerta abierta a una segunda oportunidad, no sólo de la sociedad en su conjunto sino también de los individuos.