En torno a 1825, la vida de las autoras de 'Jane Eyre', 'Cumbres Borrascosas' y 'Agnes Grey', Charlotte, Emily y Anne, junto al único varón, Branwell Brontë, no era del todo sencilla. Los cuatro niños acababan de enterrar a sus dos hermanas mayores, Lizzie y Maria, y las posibilidades de salir de su hogar en el condado de Yorkshire en busca de nuevas aventuras eran escasas.

La realidad se antojaba aburrida y deprimente, de manera que los Brontë encontraron la mejor forma de escapar de ella: construyendo 'La Ciudad de Cristal', un universo fantástico con guerra, amor, injusticia€ donde incluso sería posible revivir a quien muriese, todo un preludio de las grandes obras que escribirían en su madurez. Así, Isabel Greenberg, la escritora e ilustradora británica autora de 'La Enciclopedia de la Tierra Temprana' y 'Las cien noches de Hero', recupera esta creación de los Brönte para contar en su tercera novela gráfica la historia de las tres hermanas más célebres de la literatura universal, tomando a Charlotte como narradora inconsciente de la trama, quien dialoga a lo largo del relato con uno de los personajes nacidos de su propia pluma: Charles Wellesley, el cronista de chismorreos de este mundo ilusorio.

Con una gran capacidad para ubicar al lector en los dos universos, Greenberg pilota la novela a través de unas ilustraciones de estilo sencillo y naíf, saltando ágilmente del mundo real -en el que Charlotte debe marchar a la escuela Roe Head para continuar su formación, Bramwell empieza a coquetear con el alcohol y la relación fraternal empieza a tambalearse- al imaginario, donde los hermanos se erigen como los cuatro genios sobre los que recae el devenir de su querida Ciudad de Cristal.

El talento del que emanan tantos enredos acaba por seducir, no solo al lector sino a la propia Charlotte, que deberá decidir en qué realidad prefiere quedarse.