El escritor, cantante y cómico alemán Marc-Uwe Kling acaba de publicar en Tusquets 'Qualityland', una sátira futurista en la que las grandes compañías tecnológicas dominan con puño de hierro en guante de seda la sociedad, que por otra parte ha regresado al Antiguo Régimen para volver a ser marcadamente estamentaria.

El propio título de la novela, 'Qualityland', hace referencia al nuevo nombre adoptado por Alemania, que ha decidido aparcar su veterano nombre por uno más positivo y con tirón comercial.

El acierto de Kling no estriba tanto en el mundo que nos presenta, en el que pueden detectarse influencias de '1984', 'Un mundo feliz', 'Blade Runner ' e incluso 'El mago de Oz' y 'Brasil' de Terry Gillian, como en el querer proyectar y satirizar problemas tan actuales como el peso desproporcionado de las grandes tecnológicas, el proceso de robotización, la destrucción de puestos de trabajo o el mercadeo de datos de los usuarios de redes sociales.

Con una planificación narrativa, más próxima a episodios de televisión que a una novela, anuncios comerciales incluidos, Kling nos va desplegando todo el horror políticamente correcto de Qualitiyland, un país que ya no cree ni en sus políticos y por eso uno de las dos principales partidos ha decidido presentar a las elecciones a un androide.

La sátira se muestra de lo más efectiva cuando un humilde 'prensador' de robots en desuso, Peter Sinempleo, reta a la gran maquinaria comercial y estatal al pretender devolver, contra viento y marea, un obsequio que un dron le han enviado por error (un vibrador femenino).

Cada página de 'Qualityland' caricaturiza el mundo de nuestros días y lo proyecta a este futuro sin alma en el que el supercapitalismo domina a una humanidad 'robotizada', cada vez más dependiente de los asistentes personales de ordenadores y tabletas. ¿Les suena?