Coincide la salida de la novela con ataques a estatuas de Colón en EEUU, que usted mismo predice en su obra.

Reconozco la enorme suerte que he tenido, porque mi novela entra en un asunto internacional que llena telediarios y periódicos. Terminé la obra el año pasado, luego vino el estado de alarma, y la editorial HarperCollins decidió lanzarla a comienzos de junio. Esperaba un entorno difícil pero me he encontrado con viento a favor. Ha entrado en los primeros puestos de las listas de libros más vendidos, pero yo confío en esta obra por lo que es, una novela de misterio, intriga y aventuras.

En 'La sangre de Colón' está muy presente la reivindicación del papel de España en América. ¿Continúa la Leyenda Negra?

Junto al misterio y los enigmas, esta novela es también una feroz crítica a la realidad de América quinientos años después de la conquista. La Leyenda Negra fue un invento de los holandeses, que hemos llegado a creernos nosotros mismos. Es una pena que haya muchos españoles que digan que masacramos a los indios, cuando fuimos el primer Imperio en reconocer sus derechos. Y también los primeros en practicar el mestizaje.

Mientras tanto, EEUU parece irse de rositas pese a su papel de exterminador de indios en el siglo XIX.

Así es. Y tiene mucho que ver con lo que esta pasando. Es más sencillo retirar una estatua de Colón porque lo piden los colectivos nativo americanos que explicar qué sucedió en la conquista de Norteamérica, donde no hubo ni piedad con los indios, ni mestizaje, ni leyes a favor de ellos durante siglos.

¿Confía en que un best-seller como 'La sangre de Colón' llegue a un público amplio de otros países y vea la colonización española de otra manera?

He escrito una novela que entra en el terreno del thriller, trato de atrapar al lector, hacerle pasar buenos momentos, crearle sentimientos que lo conmuevan. No he pretendido dar lecciones de Historia. Pero sí que hay mucha reflexión e ironía sobre esas relaciones de España con América, incluso una crítica feroz a los resultados de estos quinientos años tras la conquista.

Escribió 'La tumba de Colón' y ahora, 'La sangre de Colón', ¿por qué le fascina tanto el personaje?

Cuando se publicó 'La tumba de Colón', que vendió más de doscientos mil ejemplares y se tradujo a muchas lenguas, me quedé con ganas de narrar otros enigmas colombinos. Había asuntos que daban mucho juego para otra novela, y fue precisamente cuando comenzaron los ataques a Colón en Estados Unidos cuando me planteé salir en su defensa. El almirante fascina a mucha gente, porque es realmente misterioso. No sabemos dónde nació, ni tampoco cómo tuvo acceso a la información que le llevó hacia Occidente, ni otros muchos asuntos que han quedado ocultos para siempre. Y para colmo, tampoco sabemos dónde está enterrado exactamente.

Usted se lo pregunta en la novela: ¿cómo es posible que un personaje de su talla histórica no encargara ningún retrato ?

Es otro más de los misterios. Y tal vez el menos conocido. Alguien que consigue el éxito fulgurante que Colón alcanzó, se hubiese retratado rápidamente. Para eso estaban los pintores oficiales de la corte. Y él era almirante de la mar Océana, un cargo realmente alto en la estructura del Estado. Pero no hay ningún cuadro suyo, todos fueron pintados mucho después de su muerte, y por artistas que no le conocieron en vida.

Los italianos, por cierto, no dejan de reivindicar en EEUU la gesta de su posible paisano Cristóbal Colón, ¿los españoles hemos hecho dejación de funciones?

Los españoles nunca hemos enaltecido a nuestros héroes. Y es una pena, porque un pueblo que no tiene memoria no puede llegar lejos. Colón fue usurpado por Italia en el siglo XIX. Antes nunca había reivindicado su figura. Fue cuando se creó la nación italiana cuando fueron en busca de personas que pudieran representarles. Pero no hay pruebas contundentes de que fuese italiano, solo un papel falsificado que apareció decenas de años después de muerto, en el transcurso de un pleito de sus herederos con la corona.

Su novela es un continuo viaje al pasado y al presente, tiene muchos datos históricos y giros narrativos. ¿Tarda más en documentarse o en escribir la obra?

Me encanta documentarme, viajar, investigar. Es una etapa muy bonita de la construcción de la obra. Luego, encajar todas las piezas es más complicado, tardo mucho porque es un puzzle complejo. Y más tarde, escribir es otra parte placentera. En total, tardo unos cuatro o cinco años en escribir una novela de estas características.

¿Cómo espera que será recibido el libro al otro lado del charco?

La novela se está vendiendo en quince países de América, vía la red de distribución de HarperCollins. Yo creo que será recibido bien, porque el debate siempre es positivo, la polémica vende, pero también porque hay mucha gente convencida del buen papel de España en la creación de ese continente llamado América.

La crítica: 'Trepidante doble lección'

Maestro en el terreno de la literatura de intriga y aventuras, el malagueño Miguel Ruiz Montañez (1962) se ha convertido en pocos años en una de las apuestas seguras del mercado español para alcanzar éxitos internacionales, así que no es de extrañar ni su reciente fichaje por la editorial Harper Collins ni que su última novela, 'La sangre de Colón', venga avalada por otros grandes del género como Javier Sierra o Juan Gómez-Jurado, pero también por la profesora y ensayista Elvira Roca Barea.

Y aquí está el gran acierto de 'La sangre de Colón', porque el escritor malagueño vuelve a recuperar la figura histórica del almirante, que tan buenos resultados le dio con otro best-seller internacional - 'La tumba de Colón'- y lo hace en una doble vertiente: en primer lugar, para crear una novela trepidante; en segundo lugar, para reivindicar la conquista española de América en la que, a su juicio, los españoles han tenido el injusto y caricaturizado papel de 'malos' de la película.

Y así, por partida doble, Miguel Ruiz nos ofrece la que hasta la fecha es su mejor novela, con una trama sin altibajos que transcurre entre España, Estados Unidos, México y la República Dominicana, muy atenta a los cánones del género -el principal de todos, mantener la atención constante del lector-. Y por otro lado, aporta datos históricos fascinantes sobre la brumosa figura de Colón, al tiempo que defiende, con las mismas armas argumentales que Elvira Roca en su famosa obra 'Imperiofobia y leyenda negra', la colonización española de América, en unos momentos -ya aventurados por la novela- en los que se atenta de forma maniquea contra las estatuas de Cristóbal Colón.