«Hasta muertos creaban problemas, los chicos». Ya en esta primera frase con la que abre su historia, Colson Whitehead marca el escenario y la magnitud en el tiempo de la tragedia. Los chicos eran los niños negros del reformatorio o academia Nickel, en Florida, donde tras la pantalla de un sistema duro que servía para convertir a los pequeños negro maleantes en hombres rectos, se escondía en realidad la aplicación de un método de una brutalidad permanente y diaria contra los chicos que los llevaba al exterminio y a la muerte.

'Los chicos de la Nickel' es una novela con base real absolutamente brutal. En todos los sentidos. No sólo es una historia magnífica y, en este sentido, feroz, explicada por Colson Whitehead con un estilo a la vez elegante y adictivo, sino que es brutal en el sentido más literal de la palabra, ya que se inicia con el descubrimiento por unos estudiantes de arqueología del cementerio secreto que se encontraba detrás del reformatorio donde eran arrojados en viejos sacos de patatas los cuerpos de los niños negros que habían sido apaleados hasta morir.

El centro de la historia es Elwood Curtis, un niño negro, para quien todo parece posible. Es trabajador y un buen estudiante, brillante incluso; criado por su querida pero estricta abuela, este adolescente se ha convertido en un chico prometedor y tiene planes grandiosos. Quiere ser como Martin Luther King; está de acuerdo con el lema de sus seguidores: «La no violencia es nuestra consigna. Con el amor venceremos». Pero su destino parece marcado por la antigua historia de los chicos negros del sur. Algo le sale mal y un día, camino de la escuela, la mala suerte le golpea cuando consigue que un tipo lo lleve en un automóvil robado, lo que a su vez le implica erróneamente en un crimen. Es arrestado y enviado al reformatorio de la Nickel. Sus sueños de estudiante universitario se transforman en la pesadilla de la Nickel. Su rectitud y nobleza le llevan a esforzarse por tener éxito en el duro sistema de aquella institución corrupta y degradada. Pero a cambio solo recibe desprecio y más tarde los golpes y más golpes de sus 'educadores'. Ello le lleva a dudar e interrogarse sobre la utilidad del mensaje de Luther King.

'Los chicos de la Nickel' es una novela conmovedora, digna por la brillantez moral de la exposición de la trama y singular y perfecta en cuanto a la excelencia de su escritura. Es ante todo una gran ficción con el artificio de una trama de suspenso y un final, con un estilo elegante y que engancha. Colson Whitehead es un escritor con un poderoso talento, que no maquilla la dureza de la historia que cuenta y lo hace además con la fuerza de un narrador brillante que camina hacía la maestría y la senda de los grandes escritores norteamericanos.