Es una mañana de 1977, cuando una joven pareja de novios, Rosa y Juan, cruza desde Plasencia hacia Portugal para que ella aborte. Entonces un accidente mortal acaba con la vida de él, con los propósitos de abortar de ella y con los sueños futuros de la pareja.

Ignacio Martínez de Pisón regresa a sus historias domésticas, donde la familia se alza como refugio, pero también como rehén que te toma en prenda y te desvincula del mundo. En 'Fin de temporada', su nueva novela, el pasado, el paso del tiempo se convierten en la trampa del destino para esa pequeña familia de madre e hijo.

Veinte años después del accidente, ella, Rosa e Iván, el hijo que finalmente tuvo, viven apartados de todos, excepto de su amiga Mabel, después de que Rosa hubiese llevado durante años una vida nómada, huyendo de todo lo que fuese su pasado, un pasado que, además, ha ocultado conscientemente a su hijo para convertirlo en su propio rehén familiar.

La llegada de una carta pone a Iván en la necesidad de conocer su pasado que su madre le ha ocultado con fiereza. El hijo emprende el camino en busca de su identidad y al ir conociéndola descubre también que «no eres el mismo si sabes una cosa que si no la sabes».

Cuando supo la verdad sobre su pasado todo se derrumbó, se vinieron abajo las dos vidas, la real y la imaginada, e Ivan hizo lo que su madre veinte años atrás, desaparecer, intentar empezar de cero. Su madre había tratado de dar esquinazo al pasado y no lo consiguió pues «al final el pasado siempre acaba encontrándote».

Si hay escritores donde detrás de cada nuevo trabajo se vislumbra un paso hacia adelante, una superación narrativa, una progresión de su calidad literaria, un mejor hacer, en una palabra, ese es Ignacio Martínez de Pisón, que desde sus inicios en 1984 ha ido desarrollando un trabajo novelístico que le va consolidando en el panorama español. Con 'Fin de temporada', que publica Seix Barral, se confirma lo dicho anteriormente de manera exponencial.

Martínez de Pisón es un escritor de talla, que ha adquirido una madurez literaria que le ha permitido poner en papel esta historia de enorme hondura psicológica y moral. Es lo que nos cuenta en esta ocasión, con su solvencia habitual y su estilo recio y enjuto, ese narrador puro que se llama Ignacio Martínez de Pisón.