La editorial Reino de Cordelia prosigue la labor de recuperación de la docena de aventuras de Philo Vance, el atípico asesor de la policía de Nueva York creado por S.S. Van Dyne, seudónimo del estadounidense Willard Huntington Wright (1888-1939), una saga que alcanzó gran popularidad en los años 30.

De hecho, la figura de Vance fue llevada a la gran pantalla primero por William Powell y más tarde por el futuro intérprete de Sherlock Holmes, Basil Rathbone.

Tras 'El caso del asesinato de Benson', 'El caso del asesinato de la Canario' y 'El caso de los asesinatos de los Greene', esta temporada se publica la que hasta la fecha es la mejor creación de la saga, 'El caso de los asesinatos del obispo'.

La obra viene precedida por una completa introducción de la traductora, María Robledano, y del editor de Reino de Cordelia, Jesús Egido, ya que la novela juega con un conocido libro de canciones de cuna para el mundo anglosajón que necesita cierta aclaración, así como con el doble significado en inglés de la palabra 'bishop', que además de 'obispo' es el 'alfil' del juego del ajedrez.

Por la introducción sabemos que el autor del libro se ayudó de una basta biblioteca de ajedrez y hasta tuvo un encuentro con el legendario ajedrecista Alexander Alekhine, circunstancias que le ayudaron en esta compleja pero adictiva trama.

Porque en esta ocasión Philo Vance, un diletante que pasa los días traduciendo a Menandro y leyendo libros de Física y Matemáticas, se verá las caras con un misterioso asesino apodado 'el obispo', que ha tenido la ocurrencia de matar a su primera víctima con un arco y una flecha y que convierte en realidad lo más tétrico de populares canciones infantiles, lo que tiene como consecuencia una carrera contra el tiempo en la que las víctimas van cayendo una a una. Los más fervientes admiradores de Agatha Christie ya habrán atado cabos y comprobado los muchos puntos en común que 'El caso de los asesinatos del obispo' tiene con 'Diez negritos'. Y así es porque la escritora inglesa se inspiró en las andanzas de Philo Vance con el enigmático obispo para uno de sus títulos más famosos.

La cuarta aventura de Vance es la más perfecta de las publicadas, por los vaivenes argumentales que magistralmente nos presenta S.S. Van Dyne, que tan bien sabe gestionar la intriga, nunca exenta de vueltas de tuerca. Por otra parte, es su novela más científica, gracias a una trama en la que la Física, los problemas matemáticos y el ajedrez están muy presentes, incluido el creador de un controvertido gambito. Un glosario de personajes y gráficos de los escenarios del crimen ayudan a adentrarse en este atractivo enigma.