Parece que unos astrónomos con mucho ojo han encontrado indicios de vida en Venus -Carl Sagan ya especuló al respecto en un artículo en los años 60-. Hablamos de microbios, y por pequeña que sea será vida. Pero el empeño general de los escritores de ciencia ficción y de los administradores de todas las agencias de la cosa espacial siempre ha estado con Marte: ¿es otro ejemplo de la ceguera del patriarcado? Creo que H. G. Wells y Edgar Rice Burroughs nos alimentaron el miedo de tener que luchar contra los marcianos, pero de ese modo nos llevaron a fantasear con ese enorme planeta rojo, al que acabamos imaginando como una extensión del Lejano Oeste -ha sido el lugar favorito para muchas de las peores fantasías pulp que cualquiera haya leído o visto-. Y allí hemos lanzado nuestros juguetes más caros. Y también allí hemos situado algunas de nuestras mejores narraciones -yo no me entiendo a mí mismo sin los cuentos de 'Crónicas marcianas' de Ray Bradbury-. ¿Y quién se ha acordado de Venus? ¿Quién contaba con nuestro vecino más próximo pero que también es el más olvidado? Pues escribo 'libros sobre Venus' en Google y parece que solo Lu Gaitán se ha ocupado del segundo planeta del Sistema Solar: «Para la astrología, Venus es el planeta que rige las relaciones, el goce, la autoestima, la estética y el erotismo. ¿Cómo vivimos a Venus en una época donde la estructura tradicional de pareja está siendo sacudida, tanto como nuestras ideas de lo que significan la belleza, el género y la sexualidad?». Eso dice la literatura promocional de 'Asuntos de Venus' (Planeta, 2019), libro que Google me recomienda con insistencia. Y sí, son unos interrogantes interesantes los que parece plantear esta obra, pero no los que yo tenía en mente.