Parece que a los anglosajones no les gusta dejar para mañana lo que pueden hacer hoy, o al menos eso nos quieren hacer creer -la verdad es que la gestión de la pandemia del COVID-19 en Reino Unido y EEUU me hace dudar de muchas de esas aseveraciones-. La cuestión es que a la hora de elaborar listas de los mejores libros del año sí que se dan bastante prisa. Ya he leído un par, en concreto las elaboradas por The Guardian y The Economist, y seguro que si busco no me costaría encontrar las publicadas por The New York Times y otras cabeceras estadounidenses. Nosotros nos tomamos más tiempo, lo que es una pena. Y lo es porque los libreros agradecerían que ya se generara ruido de cara a la campaña navideña, esa que muchos esperan que les ayude a salvar este año nefasto -o no tan nefasto, porque existe la sensación generalizada de que en 2020 se ha leído más de lo habitual-. Y me pregunto, ¿cuál ha sido el libro del año para mí? Pues el libro que me salta a la memoria cuando pienso en buenos libros de este año resulta que lo tengo muy claro: ´Exhalación´ (Sextopiso, 2020), de Ted Chiang. Esa es mi recomendación para cualquier buen lector, y lo hago con la convicción del que sabe que tiene razón -vamos, con la ceguera propia del acólito de una secta, con esa seguridad tan temible de los fanáticos-. Pero ha habido muchos más buenos libros, siempre los hay, y cuando lo pienso hasta consigo tener algún atisbo de esperanza de cara al futuro.