Novela

El brillo del humorismo más lacónico

Esther García Llovet culmina su 'Trilogía instantánea de Madrid' con la surrealista novela corta 'Gordo de feria'

El brillo del humorismo más lacónico

El brillo del humorismo más lacónico

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Los caminos del humor son tan variopintos como misteriosos. La metaliteratura puede hacer su aparición con gran éxito como hizo Cervantes e hicieron sus discípulos Sterne y Unamuno; la sátira de Quevedo puede funcionar tan bien como el esperpento de Valle Inclán, del que es ferviente seguidor, en sus hilarantes estampas de nuestra historia reciente, el barroco valenciano de Manuel Vicent.

En ocasiones, los autores prefieren la sencillez, como esos dos palos de escoba con los que Julio Camba armaba una señora inglesa, escuela seguida en buena medida por Manuel Moyano en ´El imperio de Yegorov' y en un sentido más radical por Jose María de Loma en su ajedrecístico ´El mago de Riga'.

También la malagueña afincada en Madrid Esther García Llovet (1963) opta por la desnudez narrativa hasta las últimas consecuencias, un trabajo esforzado y arriesgado, porque lo que nos ofrece es el armazón con el que otros autores levantarían una novela más gruesa pero, todo hay que decirlo, difícilmente más conseguida.

Tras ´Cómo dejar de escribir' (2017) y ´Sánchez' (2019), la escritora malagueña regresa con un nuevo armazón titulado ´Gordo de feria', con el que culmina su cáustica y surrealista ´Trilogía instantánea de Madrid', un libro que se puede leer por separado y al que nuevamente no parece faltarle una coma, con el logro de contar muchísimo en sus escasas 150 páginas.

De esta manera, cada frase, cada párrafo de esta novela corta es un pulido trabajo que busca ofrecer al lector el humor de la autora en esencia.

Y como ejemplo, esta escena entre dos personajes, el argentino Arturo y el humorista español Castor, protagonista principal de esta disparatada comedia:

«Arturo no hace ningún comentario. No se mueve. El silencio de ahora entra ya en la categoría de lacaniano. Castor se levanta, se dirige a la puerta, que está a varios kilómetros de distancia. En el momento en que sale por la puerta, se despierta.

Es mediodía.

Decide no ver a Arturo».

El humor lacónico de García Llovet se desparrama por esta novela de un disparatado argumento, centrado en el enorme parecido físico entre Castor, cómico de renombre nacional, harto de la popularidad y de las reuniones sociales y Julio Céspedes, un camarero de Almería que se busca la vida en los Madriles, aunque en realidad añora volver a su terruño.

Por en medio, situaciones estrambóticas y una capacidad admirable para observar la vida con enorme sagacidad (y locuacidad, la justa). Tiene Esther García Llovet un estilo irreconocible y está especialmente dotada para el humor. Pasen y disfruten. A sorbitos.