Diario de lecturas

Hablemos de propósitos, ilusiones y engaños

Hablemos de propósitos, ilusiones y engaños

Hablemos de propósitos, ilusiones y engaños

José Luis G. Gómez

Otra vez estamos en los días de los buenos propósitos, esas promesas que casi siempre terminan incumplidas y que nadie se cree -claro que hay excepciones, yo mismo dejé de fumar en una Navidad de hace ya diez años-. Un clásico de estas fechas es ese «este año voy a leer más», que es el padre cruel de tantos libros huérfanos que se quedan mohinos en muchas mesillas de noche. La verdad es que apetece leer en casa cuando llega el frío, que ha llegado como todos los años, y que como todos los años nos ha pillado por sorpresa -eso sí, las pantallas de los televisores son una competencia cruel, ahora que además no son tan pequeñas y que se alimentan de la pasión infantil que todos parecemos sentir por la ficción televisiva-. Si el frío y la pandemia no despiertan en nosotros una renovada pasión por la lectura, nada lo hará. Y parece que 2021 puede ser interesante para leer, porque quizá se convierta en el año en el que la literatura se haga aún más necesaria para ayudarnos a intentar entender todo lo que nos está pasando. Las cifras desnudas y frías no hacen más que confundirnos, manoseadas con destreza por la propaganda política que persigue envilecernos. Necesitamos saber qué nos ha sucedido, descubrir quiénes somos y qué hemos hecho o dejado de hacer. Confiar en la literatura puede ser iluso, pero estos también son días de inocencia.