Invierno, segunda gran estación de Ali Smith

Tras, ‘Otoño’, Ali Smith continua su relato estacional con ‘Invierno’, un texto complejo e inteligente, lleno de lucidez y juegos de palabras y de retórica sobre las frágiles relaciones que convierten en sombrio el invierno familiar

'Invierno', de Ali Smith.

'Invierno', de Ali Smith.

Javier García Recio

El tiempo, uno de los temas recurrentes mas antiguos de la literatura, es el tema principal que recorre ese cuarteto estacional de novelas que la británica Ali Smith está llevando a cabo a modo de un experimento notable pues atrapa el tiempo real actual para retratar el universo británico, especialmente tras el Brexit.

Lo hizo Ali Smith primero con ‘Otoño’, y ahora con ‘Invierno’, que es su sucesor lírico y sombrío. Si ‘Otoño’ recogía la agitación en Gran Bretaña después de la votación de 2016, ‘Invierno’ se sitúa a finales de ese año, tras la elección de Donald Trump, en un clima político que parece todavía más caótico.

Con una prosa lúdica llena de juegos de palabras, a veces enloquecedora y un estilo deliberadamente modernista, pero melódico, Smith escribe en ‘Invierno’, una novela compleja y de múltiples capas, muy inteligente en su planteamiento y desarrollo, de los que sale triunfante pues en cada frase queda claro que sabe lo que quiere escribir y como hacerlo.

Smith sitúa sus reflexiones en torno al escenario de una familia reunida de mala gana en Navidad que, como ocurre tantas veces en la realidad, acaba en ruptura infernal. Sophia vive sola en una casa grande en Cornualles. Ya jubilada, fue una mujer de negocios exitosa pero que ahora avanzada en su vida, se encuentra sola en su mansión señorial de dieciséis habitaciones, alejada de su hermana y sin saber de la vida de su único hijo que vive en Londres.

Al inicio de la novela aparece el primer episodio surrealista en el que Sophia es seguida por la cabeza incorpórea de un niño. Esta cabeza la sigue a lo largo de la novela hasta que se transforma en una piedra que queda incorporada a una talla de la escultora británica Bárbara Hepworth y Smith la utiliza para explicar el estado mental de Sophia: su profunda soledad y su desconexión de la vida y la sociedad normales.

A la celebración navideña acude su hijo Arthur, que vive en Londres, donde parece tener una existencia igualmente deprimente. Como ha roto con su novia Charlotte, paga mil libras a la joven Lux a quien conoce en una paada de autobús para que simule ser su novia.

El tercer miembro de la familia de Sophia que se une a la fiesta es Iris, la hermana mayor, de la que lleva tres décadas distanciada por el activismo radical de Iris, dedicada a los movimientos pacifistas y antinucleares, algo que Sophia siempre despreció.

Lux, la novia de alquiler, que actúa con mucha educación y agudeza, tiene muchos piercings, que se quita cuando llegan a la casa de su madre. Sin embargo, parece ser la más normal y racional de los personajes principales. También parece ser de origen extranjero, ya que tiene un ligero acento y lucha con algunos modismos. Es la que asume el papel de observador y se convierte en el catalizador de lo que inicialmente es una ruptura de las frágiles relaciones familiares, que luego da paso a una crisis mayor por la falta de empatía de las hermanas que llevará a unos calamitosos enfrentamientos de clase, cultura y recriminaciones que culminan en una serie de revelaciones explosivas de secretos familiares.

Ali Smith.

Ali Smith.

La inteligencia del libro se manifiesta también en los hilos culturales que entreteje de manera subliminal. Charles Dickens está omnipresente durante todo el invierno, como ya lo estuvo en ‘Otoño’, con los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura que se derraman a través de los recuerdos compartidos entre Iris y Sophia. Sophia es el Ebenezer Scrooge de Cuento de Navidad, negando la vida tanto como él. Su hermana Iris la llama vieja gruñona y miserable que no tenía nada en la casa para su hijo y su novia para Navidad, excepto una bolsa de nueces y medio tarro de cerezas glaseadas.

También Shakespeare está entretejido en el texto de cada uno de los libros de Smith. En ‘Otoño’ era ‘La tempestad’ que sobrevenia tras el escenario del Brexit. Sus protagonistas eran como Próspero y su hija Miranda; como Miranda, Elisabeth todavía estaba esperando que su futuro se abriese para ella.

Para ‘Invierno’ Smith eligió Cimbelino como la obra complementaria. Se trata del rey vasallo romano de Gran Bretaña, que destierra al marido de su hija Innogen y pone en marcha una estela de engaños y juegos de poder que causan estragos.

Respondiendo a esa condición de ser una de las autoras más destacadas de los últimos años en el Reino Unido, Alí Smith ha iniciado un proyecto ambicioso e inspirador dentro de la literatura europea actual que ha denominado Cuarteto estacional.

‘Invierno’ no es una secuela de ‘Otoño’, pero comparten temas y temas, incluida una observación muy singular y personal del arte, la familia y la política.

Aunque sombrío y familiar, el invierno pasa como la promesa de una flor temprana. El equilibrio también se restablece en cierta medida en el invierno, dejándonos con la sensación de que, por más fracturada y terrible que pueda parecernos la vida ahora, el péndulo volverá de la destrucción y la división a la regeneración y la reconciliación, de la oscuridad a la luz,y llegará la primavera del arte, la familia y la política.

Smith ofrece un un retrato admirable de la vida contemporánea Una última pieza de prestidigitación literaria que sin duda aumenta nuestra curiosidad por las próximas dos entregas de su cuarteto.

'Invierno'

Ali Smith

Traducción: Magdalena Palmer

Editorial: Nórdica Libros

Precio: 18,25€