Puertas que se abren a la cultura universal

Cuenta Óscar Martínez que durante los peores tiempos de la pandemia, esos que nos obligaron a estar en casa, escribir este libro le sirvió para viajar de la mano de la imaginación, el arte y la literatura. De esos viajes desde casa salió un ensayo que se ha convertido en todo un éxito y que ya va por su cuarta edición. Se trata de «Umbrales. Un viaje por la cultura occidental a través de sus puertas’, un volumen publicado por la editorial Siruela y que invita al lector a adentrarse en la historia desde la Pompeya eterna sepultada en lava hasta la Viena de la Secesión que tanto aportó al arte más reciente, saltando en la historia a tiempos y lugares que esconden detalles que sólo se pueden conocer traspasando las puertas a las que nos invita el autor.

Como dice el escritor, las puertas son lugares «sensibles». «Marcan el tránsito entre dos estados determinados, el límite, la frontera». Son los umbrales que nos separan de un espacio público al espacio quizá más privado de todos, el de nuestros propios hogares, donde casi siempre habita nuestro verdadero yo, el más oculto a los ojos de los demás. Y por eso empieza Martínez con las puertas de un hogar, el de la casa Vetti en Pompeya, para hablar de la vida romana y de sus tradiciones. De ahí pasa a un lugar que no puede ser más especial y sagrado, el dolmen de Menga, que ya disfruta de su reconocimiento como patrimonio de la humanidad y en la que el autor nos lleva a imaginar cómo fue la construcción de un espacio cargado de energía y que desde hace más de cinco mil años mira al rostro que dibuja la Peña de los Enamorados.

Y no es el único lugar sagrado por el que se pasea Martínez en esta entretenida y más que recomendable obra. Juntoa él paseamos por la veneciana Basílica de San Marcos, por el templo de Ramsés III, que le sirve también para hablar de Vélazquez y recordar la rendición de Breda o la batalla de Qadesh, en este caso inmortalizada en la piedra en tiempos de Ramses II. Vuelve aparecer Egipto en el recorrido por Saqqara y hay predilección por territorios italianos, como lo demuestra dedicando su atención a lugares como Nápoles, Roma o Castel del Monte, en Apulia.

Y nos invita a la Alhambra, a través de la fachada del Palacio de Comares. «Una puerta es un prólogo y un comienzo» y esta obra, divulgativa y que engancha al lector desde el primer momento, es un buen umbral para abrirse camino en historias de esas que no se olvidan.