La revelación de otro mundo en Vladivostok

Hace seis años Tusquets Editores publicó la novela de Arthur Miller ‘Vidas rebeldes’, en la que se basa la película del mismo título, y que se estrenó en el cine hace justo sesenta años, donde unos personajes que no acaban de ubicar sus vidas terminan en la ciudad de Reno, en el estado norteamericano de Nevada, allí entrecruzan el destino y sus conflictos personales.

El pasado septiembre Alianza Editorial publicó una novela que guarda cierto paralelismo, ‘Vladivostok Circus’ de Élisa Shua Dusapin, escritora francesa de ascendencia surcoreana que estudió licenciatura de escritura en el Instituto Literario Suizo de la Universidad de las Artes de Berna, y que recibió distintos importantes premios en Suiza y en Francia, especialmente fue reconocida su primera novela ‘Un invierno en Sokcho’, también publicada por Alianza Editorial

En esta novela de Élisa Shua Dusapin que transcurre en Vladivostok, unos personajes con sus propios conflictos personales y que sienten haber cruzado una línea de no retorno, se conocen en esta ciudad de Siberia, la última parada del mítico Transiberiano en el Océano Pacífico. A diferencia de la novela de Miller, en lugar de rodeos y cazar caballos, se ocupan en un circo que ha perdido prestigio tras un accidente en una acrobacia. Los personajes, llegados de distintas partes del mundo -Francia, Canadá, Rusia, y Ucrania-, acabarán ligando sus esfuerzos a una misma causa, ganar un festival internacional de circo en Ulán Udé, la ciudad siberiana entre el lago Baikal y la frontera con Mongolia, para ganar dinero y recuperar su fama.

La narradora es uno de los personajes centrales, una joven francesa diseñadora de vestuario escénico, Nathalie, que apenas tiene experiencia en el cine y el teatro, pero que acepta la oferta de un circo en uno de los confines del mundo para renovar el vestuario de los artistas, y alejarse durante el otoño de cuestiones personales.

La autora sabe perfilar psicológicamente a los personajes en el contexto de un circo atípico, finalizada la temporada la mayoría de los artistas se han marchado, y solo permanecen los acróbatas para entrenarse en los saltos mortales y participar en el festival de Ulán Udé. La autora cuenta la historia en presente produciendo una sensación de inmediatez, y conduce la narración con una perspectiva humana en pequeñas cosas triviales de la vida del circo, pero que contribuyen a armar las relaciones humanas entre los personajes.