Andrés Ortiz Tafur: vida al microscopio

Juan Gaitán

Juan Gaitán

Fue Chesterton en su autobiografía quien dijo que prefería «los microscopios a los telescopios», definiendo así un modo de ver el mundo siempre hacia lo pequeño, hacia lo que pasa desapercibido y, sin embargo, es esencial. Mirar a lo pequeño, explicar el universo desde la aldea, ha sido un recurso habitual en la literatura, qué otra cosa si no son Macondo, Santa María, Yoknapatawpha…

Andrés Ortiz Tafur es un escritor con la mirada siempre puesta en el microscopio. Lo hemos comprobado en sus libros de relatos, en sus poemas, y desde hace algún tiempo en las colaboraciones que hace en el diario Jaén. No esperéis en un libro de este autor, en un cuento o en un post en redes sociales, una mirada de telescopio. Andrés Ortiz Tafur mira siempre a lo pequeño y tiene la habilidad, la maestría, de hacerlo inmenso.

Dueño de una personalísima e inconfundible voz, en las más de ochenta piezas breves que componen ‘Los últimos deseos’ su última obra, publicada por Sílex Ediciones, al modo del Alphonse Daudet de las ‘Cartas desde mi molino’ Andrés Ortiz Tafur se ha sentado a la puerta de su casa (esa casa perdida en la Sierra de Segura en la que vive retirado de la locura de la ciudad), y desde ahí, con la mirada del hombre que se ha parado a reposar, nos va contando las cosas que ve y que piensa, con esa cadencia calmada del amigo que está de charla, sin prisa, con la tarea ya hecha. Y a veces, como ese amigo que nos acompaña desde la infancia, ese amigo que nos quiere y se preocupa por nosotros, nos riñe, como en ‘Telaraña social’ o nos despierta a la realidad, como en ‘Carta a los Reyes’ o nos confiesa que está harto, como en ‘Hijosdeputa III’ Pero, eso sí, él lo hace con belleza, con la belleza que se le escapa siempre que escribe, sea lo que sea.