Libros del Asteroide

Rachel Cusk teoriza sobre el poder liberador del arte

En ‘Segunda casa’ Rachel Cusk reflexiona sobre los condicionantes para la libertad de la mujer y si el arte es un camino real para esa liberación

Rachel Cusk.

Rachel Cusk. / Francisco Millet Alcoba

Francisco Millet Alcoba

Rachel Cusk es o pretende ser una escritora paradigmática, con un modelo claro y genuino de escritura reflexiva, profunda e introspectiva que utiliza siempre sus relatos para indagar y cuestionar sobre problemas que le agitan como la feminidad en un mundo de acerbo machista o la búsqueda de la libertad personal.

Después de su exitosa trilogía ‘A contraluz’ y de su penúltimo trabajo, ‘Despojos’ donde indaga en las consecuencias vitales y devastadoras de un divorcio, Cusk amplía y profundiza su onda discursiva en su último trabajo ‘Segunda casa’ donde reflexiona sobre la libertad en el arte; sobre si el arte es el único lugar donde la libertad es verdaderamente alcanzable, y si el arte es irremediablemente masculino.

‘Segunda casa’ se plantea como un largo monólogo, como una confesión en primera persona, aunque con escenas de conversación, donde la protagonista L cuenta la historia de los dos intensos momentos vitales en que el arte convulsionó su vida.

El primero de estos momentos tiene lugar en París 15 años atrás. A la mañana siguiente de pasar la noche paseando y bebiendo con un escritor de quien acababa de conocer, la narradora visita una galería donde se encuentra con la obra de un pintor del que sólo había oído vagamente. Al encontrarse completamente absorta, descubre que los lienzos del pintor parecen cristalizar su sentido de sí misma. Se ve reflejada en ellos.

Ahora, en el presente, la narradora vive en una zona alejada de marismas, con su esposo. Allí tiene una segunda casa donde invita a artistas y consigue alojar al pintor cuyo trabajo vio en París 15 años atrás.

El choque fue brutal. Ella quería que el pintor la retratara y éste se mantuvo indiferente en su egoísmo artístico. Ella se ha enamorado de la forma en que él ve el mundo; quiere que él la pinte, para que al fin pueda creer que realmente existe, para que pueda verse a sí misma, hasta que descubre que no hay lugar para que ella exista dentro de esa visión.

Rachel Cusk  teoriza sobre el poder liberador del arte

Rachel Cusk teoriza sobre el poder liberador del arte / Francisco Millet Alcoba

El relato tiene elementos para ser sugestivo y atrayente, pero también otros de excesiva densidad, con párrafos de un filosofar demasiado arduo y algunas reflexiones en abstracto.

Pero esto último no resta fuerza al relato que fluye con un tono general que transmite su fuerza de carácter, su calidad introspectiva Cusk tiene seguridad en sus pensamientos y los transmite con convicción y audacia. Hay firmeza en su prosa y en su discurso. Hay madurez en su narrativa.