DIARIO DE LECTURAS
Cuando Málaga fue la capital del Hispanismo
José Luis G. Gómez
Almorzar y conversar con Juan Pablo Fusi, mientras comparto un vino con Tom Burns Marañón, y que todo suceda en la buena compañía de amigos como Carlos Pranger y Alfredo Taján, director de la Casa Gerald Brenan, ha sido uno de los mejores recuerdos que me llevo del Primer Encuentro de Hispanistas Gerald Brenan ‘Pensar en España’. Porque las ponencias de los días fueron interesantísimas, de veras, pero son esos momentos de cierta intimidad los que luego se quedan contigo durante más tiempo –pese a ello, renuncié a una buena cena con ellos porque necesitaba descansar, y también porque el Real Madrid planeaba vengarse del Sheriff de Tiraspol y quería ser testigo-. No puedo dejar de mencionar que también se pasaron por la mesa del salón de actos de la Universidad de Málaga personas tan encantadoras como Eva Díaz Pérez, Giles Tremlett, Edward Wilson-Lee, Juan Antonio García Galindo, Juan Bonilla, Jean Francois Botrel, Ignacio Peyró y Paul Aubert, con quien compartí mesa y preguntas. La verdad es que mientras ellos compartían parte de lo mucho que saben, yo me ocupé de la intendencia –pero las guerras también se ganan en las cocinas-. Mientras tanto, en otros lugares de la ciudad contaban cosas de sus libros Manuel Vilas y Justo Navarro. No hay manera de escucharlos a todos, y ya lo creo que me habría gustado.
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