Editorial Fórcola
Mauriac: luz en la Francia ocupada
Francisco Millet Alcoba
François Mauriac forjó su talla de gran intelectual que le valió el Premio Nobel en 1952, durante los años negros de la Ocupación de Francia por los nazis. Su papel intelectual y moral en la sociedad francesa entre 1930 y 1945, fijados a la luz de su profunda fe católica, se pueden volver a recuperar ahora con la publicación por la editorial Fórcola de ‘El cuaderno negro’, donde un Mauriac que no se hace cómplice de la vileza durante la Ocupación ni de las infamias posteriores, combate esta atrocidad.
En ‘El cuaderno negro’, hay un retrato claro y riguroso del combate coherente contra el nazismo y un rechazo absoluto de sus colaboradores franceses y un lamento también del papel de la jerarquía católica. «¡Qué separado esta Dios de los acontecimientos!»
Combate la desidia, la indolencia. «No le sigamos el juego, que nuestra miseria jamás nos ciegue respecto a nuestra grandeza. Por muchas cosas vergonzosas que observemos a nuestro alrededor y en nuestro propio corazón, no nos desanimemos a la hora de confiar en el hombre: es nuestra razón de vivir, de sobrevivir».
Denuncia sin miedo al Gobierno de Vichy y a los colaboracionistas. «Los agentes de la policía francesa, que por obra y gracia del régimen de Vichy se han convertido en matones, los traficantes del mercado negro, los hombres de negocios y de letras a quienes el ejército de ocupación enriquece, esa humanidad adyecta, pertenece a una especie eterna».
Junto al ‘El cuaderno negro’ aparece la correspondencia con el escritor británico Charles Morgan y el artículo ‘La nación francesa tiene alma’ y algunas páginas del diario escrito durante la Ocupación
Tras la liberación Mauriac polémico con Albert Camus, el otro gran intelectual que abogaba por la necesidad del castigo a los traidores, mientras Mauriac pedía clemencia en aras de la reconciliación.
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