No solo para niños

Una mujer diferente, algo excéntrica y muy creativa, es la madre de los Mumin, esos seres narigudos, rechonchos, blancos, entrañables y soñadores que habitan un valle inocente y surrealista en el que las aventuras más disparatadas se suceden en un ambiente muy dado al hedonismo. Tove Jansson (1914-2002) es la autora de una de las tiras cómicas más personales y únicas que hayan ocupado jamás las páginas de un periódico. Tras un primer éxito en Finlandia, su país natal, Jansson recibió la oferta de continuar su trabajo para el mercado británico, y ese material es el que reúne el espléndido ‘Mumin. Las tiras completas’ (Salamandra Graphic Kids, 2022).

En su origen, las historias de los Mumin estuvieron dirigidas al público infantil, pero lo que recoge ‘Mumin. Las tiras completas’ es una obra más adulta, siguiendo las indicaciones de los editores de la British Associated Newspapers –fueron ellos quienes sugirieron a la autora finlandesa que retomara un trabajo que ya había abandonado, dado que su imparable creatividad le había llevado por otros caminos- Tove Jansson dibujó estas tiras entre 1953 y 1958, apenas cinco años dedicados a esta obra de encargo. Tras su abandono, los Mumin pasaron a ser dibujados por su hermano y continuaron publicándose hasta 1975 en más de 120 periódicos de unos 40 países, siguiendo el modelo y estilo que marcaron estas páginas –también hay libros, una serie de animación e incluso un largometraje-.

Jansson imaginó un valle poblado de criaturas tiernas e inocentes, pero no exentas de arrebatos de ira e incluso de egoísmo, con una curiosidad inmensa y una capacidad innata para meterse en líos. En estas tiras, que se benefician del dibujo expresivo de su autora, podemos leer desde el abandono de Mumin por sus padres, que se lanzan a buscar una vida de aventuras, a la invasión de la casa de Mumin por sus numerosos parientes pobres o unas vacaciones en la Costa Azul arruinadas por ricachones insoportables. Y todo termina siempre bien, claro, pero lo que podría parecer de una inocencia inmaculada no lo es tanto.

El mercado español no ha sido nunca muy receptivo a Jansson y sus Mumin, pero en el último lustro ese desdén está remitiendo, y sus obras están siendo publicadas por fin con el respeto y cariño que merecen. «Tumbaos en el puente y observad el agua pasar. O corred, cruzad el pantano con las botas rojas. O venid aquí y escuchad la lluvia caer sobre el tejado. Es muy fácil disfrutar», tal y como dice Mimbla, personaje que sirve de alter ego de la autora. En el mundo de Mumin la única premisa es el disfrute, y estas tiras son el mejor testimonio del éxito de esa búsqueda.

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