Novela

Una lluvia incesante cae sobre Nápoles

‘Aguamala’, la novela del periodista milanés con alma napolitana, Nicola Pugliese, descubierta por el gran Italo Calvino: tras un diluvio inesperado se intuye algo más allá de la realidad

Nicola Pugliese

Nicola Pugliese / Santiago Ortiz Lerín

Santiago Ortiz Lerín

Robert Graves decía en boca del emperador Claudio, en una de sus novelas, que cuando los romanos querían que lloviese hacían una pintoresca procesión con una piedra que arrebataron a los etruscos, y que si no llovía se debía, seguramente, por haber cometido algún error durante este singular procedimiento para invocar la lluvia. Dos mil años después, cuatro días bajo un desapacible cielo gris, un diluvió cayó sobre Nápoles, sus habitantes no tuvieron necesidad, en un principio, de pedir ayuda divina por cuestiones meteorológicas, pero sí, muy probablemente, que acabaron pidiendo auxilio a San Genaro, el patrón de la ciudad, para que cesara aquella lluvia insoportable. En el Nápoles de Pugliese cayó un torrente inquietante: una cortina de agua, el sonido monocorde con el que repiquetea la lluvia, y polvo amarillento de los sillares del castillo, que se disolvía en corrientes que se habían acumulado y se deslizaban por las calles napolitanas. Fue en los años setenta, de madrugada, alguien llamó a la policía por un socavón, y el agente intentó desentenderse llamando a los bomberos, que ya se habían anticipado, y lo que encontraron no fue, precisamente, cualquier cosa.

Nicola Pugliese

Nicola Pugliese / Santiago Ortiz Lerín

Nicola Pugliese nació en Milán, hermano del director de teatro Armando Pugliese, gran parte de su vida la vivió en Nápoles, y tantas horas frente a la máquina de escribir por su labor como periodista fue, quizá, lo que le condujo a la literatura. Pugliese nos dejó dos obras, la novela ‘Aguamala’ y la antología de cuentos ‘La nave nera’. La emblemática editorial italiana Einaudi, gracias al olfato literario de Italo Calvino, publicó ‘Aguamala’, y que a pesar de su éxito sufrió el malditismo de no volver a ser publicada hasta la muerte del autor.

Una lluvia intensa laminó esta ciudad milenaria durante cuatro días, como si del solar emanase a la atmósfera el espíritu de un Nápoles insepulto. El carácter coral de la novela provoca una perspectiva diversa, uno de sus personajes principales, Carlo Andreoli, es un periodista que advierte sucesos extraños durante el diluvio, cuando en el castillo Maschio Angioino unos gritos sobrehumanos se escuchan por toda la ciudad, y la policía descubre en el lugar, inexplicablemente, una muñeca. El autor desarrolla un alto ritmo narrativo, por momentos parece escritura automática, y con un estilo libre. También recurre a un lenguaje que tiende a la oralidad en su forma de escribir, y a una voz popular en ocasiones, pero sin perder el nivel literario que supo valorar Italo Calvino. La novela es la crónica de estos cuatro días de lluvia con siniestros fatídicos por los efectos del agua, pero hay más, en la atmósfera flota algo extraño, digamos, es el otro lado del límite que marca el autor entre lo real y lo fantasmagórico, Pugliese nos vislumbra una dimensión singular de Nápoles bajo esa particular lluvia, pero al mismo tiempo retrata un costumbrismo en los personajes castigados por la lluvia y por sus vidas. Sutilmente, Pugliese desliza una crítica social hacia la incompetencia de las autoridades y la incapacidad de atender con recursos a la población cuando se producen derrumbes bajo la lluvia, que Pugliese utiliza como lo que Hitchcock llamaba en sus películas, MacGuffin, un elemento narrativo con el que desarrollar la trama.

Aguamala

Autor: Nicola Pugliese

Editorial: Acantilado

Traducción: José Moreno

Precio: 18,00 €

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